La disputa electoral de México: un recuento completo sigue siendo necesario para restablecer la fe en el gobierno

La disputa electoral de México: un recuento completo sigue siendo necesario para restablecer la fe en el gobierno

Comentario Editorial
El sistema político de México corre el riesgo de dañar la fe en la naciente democracia del país. Al optar el sábado por un recuento parcial en lugar del total de los 41 millones de votos vertidos en las disputadas elecciones presidenciales del mes pasado, las autoridades electorales han perdido una buena oportunidad para disipar dudas sobre la justeza de una contienda ganada por un margen estrecho por Felipe Calderón, el candidato del partido de Acción Nacional (PAN) de centro-derecha.

Decir eso es no respaldar los reclamos de Andrés Manuel López Obrador, el candidato que quedó en un cercano segundo lugar.

El ex alcalde izquierdista de Ciudad de México ha mostrado una preocupante propensión a recurrir a las calles e ignorar el proceso legal. La ocupación por parte de sus partidarios de extensas áreas en el centro de Ciudad de México viola las leyes que garantizan el movimiento libre introducido por su propia administración  municipal.

Es un punto de vista que corre el riesgo de alejarse simpatizantes y hasta miembros de su propio Partido de la Revolución Democrática (PRD), que salió excepcionalmente bien en las elecciones del Congreso, y ahora es la segunda fuerza política de México. Los miembros del PRD que ganaron asientos se sienten cada vez más incómodos por el sacrificio de esas victorias apoyando a un movimiento cada vez más radical.

Todo esto hace cualquier decisión de las autoridades electorales más difícil. Muchos mexicanos siguen creyendo que hubo juego sucio.

Puede que el país se haya alejado de los días del robo descarado de las elecciones pero, para muchos votantes, el recuerdo es relativamente reciente, y las acusaciones tienen peso. De acuerdo con recientes encuestas de opinión, casi 50% estuvo a favor de un recuento total.

Si la percepción de fraude están bien fundadas o no, la ira de la oposición bien pudiera alimentar el descontento, añadiendo inestabilidad en los estados pobres y agravando la polarización social. La encuesta del mes pasado reveló una marcada división regional, con la victoria del señor Calderón en el Norte rico, y el señor López Obrador dominando en el menos desarrollado y más aislado Sur del país.

En el recuento parcial que empezaba ayer, las autoridades electorales revisan los votos de cerca de 9% de los colegios. Si encontraran discrepancias significativas entre los conteos inicial y la revisión, se extendería el recuento. Un recuento pleno no está libre de riesgos. No solo sería prolongado y laborioso, sino que de manejarse mal podría ofrecer oportunidades para una nueva manipulación de los votos. Sin embargo, los beneficios superan con mucho las desventajas.

Si se realizan con una supervisión adecuada y de manera transparente, posiblemente incluyendo grabaciones del recuento, ofrece la mejor forma de aliviar las tensiones políticas, y garantizaría que cualquiera que resultara el nuevo presidente de México no solo lo sería legalmente, sino que se vería también como legítimo.

La democracia de México ha dado pasos impresionantes en los últimos años. Ahora tiene que evitar las heridas auto-infligidas. (Trad. IPC

VERSION: IVAN PEREZ CARRION

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