La distracción absurda de los y las presidenciables

La distracción absurda de los y las presidenciables

¿A quién le conviene que las personas tengan la cabeza puesta en el 2028? Como que el hoy y el ahora, no existen.

Me he puesto a reflexionar sobre esta situación de constante búsqueda de próximas candidaturas presidenciales fuera de época.

Es cierto que una carrera política es a largo plazo, pero es una ridiculez social vivir en una repetición de patrones constantemente que no llevan a nada más que a divisiones, dispersión y discusiones extemporáneas.

Es impresionante cómo la carrera política se ha convertido en la banalidad de los últimos tiempos en nuestro país. Si nos ponemos a reflexionar al respecto, no tendríamos tantas razones, más allá del gusto por alguien, para querer o descartar a la mayoría de aquellas personas identificadas hoy como “presidenciables”.

Y lo más interesante es observar hasta cómo irracionalmente está funcionando el sistema en ciertos casos; personas que ni hablan, que ni sabemos cómo piensan ni qué proponen, son consideradas “presidenciables”, así no más, porque alguien dijo, otro repitió y etc. Ya las pre-candidaturas o aspiraciones de quienes ocupan funciones importantes en el Estado haciendo uso de la nómina pública, no parece escandalizar a nadie, es como que la ciudadanía se “curó”. Quizás ese ha sido uno de los grandes éxitos de la ‘Marcha Verde”, que la gente se cure de indignarse, de escandalizarse y de creer que las cosas puedan mejorar.

Hoy tenemos un Gobierno que tiene al país intervenido con obras que no terminan, algunas inauguradas en el proceso de la campaña pasada con finalidades proselitistas sin estar listas. Al mismo tiempo, la vida está carísima y las instituciones no están cumpliendo con los servicios que deberían, empezando por la educación, siguiendo por la salud, y la cantidad de escándalos en procesos de compras y contrataciones, sumado con la fiesta de préstamos sin sentido. Mientras tanto, nos quieren llevar el pensamiento hasta el 2028, lo que se asemeja a una manera de sobrevivir estos próximos 4 años, como si estuviésemos pagando una condena o pasando por un proceso que no necesita que estemos atentos al presente.

En nombre de la democracia ahora pasamos de ser “presidencialistas” a “multi presidencialistas” y nos hemos creído el cuento de la “dinamización”. Lo más triste de todo, es que el tiempo no nos alcanza para el hoy si estamos constantemente pensando en el mañana, y, con tantas distracciones en la que nos mantiene este nuevo mundo conectado, identificar los problemas reales y cómo llegar a solucionarnos, es tan tedioso, que más fácil resulta enfocarnos en los tenis y el estilo de ropa de los presuntos o presuntas “presidenciables”.

ETIQUETA, que a su vez es difundida por unos muy pocos para que sea repetida hasta convertirse en realidad por unos muchos, mientras el día a día nos desgarra los bolsillos, la salud y el bienestar social.

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