China confía en el potencial de su mezcla de socialismo y capitalismo
Alborotado el avispero geopolítico, empecinado en tergiversar, confundir y engañar en todo relacionado con China.
Ahora por los reportes de que la economía del gigante asiático, cual Ave Fénix, resurge desde las cenizas en que, ilusoriamente, la habían echado.
Para mortificación de algunos, la economía china se está recuperando en forma de V –caída aguda e inmediato crecimiento- a pesar de que, sin miramiento a las consecuencias económicas, paralizó drásticamente la actividad económica y social poniendo en primer lugar la salud – lo que otros dudaron en determinados momentos – permitiéndole controlar rápidamente la pandemia e iniciar la reactivación de la economía.
En el primer trimestre el crecimiento se despeñó un 6,8% -primera caída en 44 años- y ahora los más pesimistas reconocen que registrará un crecimiento del 1%, aún si no es mayor, que posiblemente lo sea, sería la única gran economía que crecerá.
El FMI prevé un retroceso global de 4.9%. China registra aumentos en la producción industrial -5.6% en agosto sobre julio-, sector inmobiliario 30.7%, automóviles 6%, la inversión en activos fijos creció 9.3% sobre el mes previo.
Este mes una plenaria del Partido Comunista fijará el objetivo de crecimiento para 2020 y confirmará la estrategia, llamada “circulación dual” sobre la que muchos se preguntan y es consecuencia del poderoso sector estatal y el potencial que le permite su sistema de planificación. En esencia consiste, por un lado, en garantizar la competitividad en las exportaciones, líder global, y, por otro, catapultar el consumo interno.
Cuenta con exitosa experiencia anterior. Cuando la crisis de 2009, que barrió la economía internacional,bajó sus exportaciones por la caída en la demanda por lo que el gobierno chino optó por una inversión multimillonaria en zonas relativamente desfavorecidas potenciando el consumo interno convirtiéndolo en nuevo motor de la economía como en el resto del mundo desarrollado.
Esa estrategia permitió acelerar la disminución de la pobreza que en 2019 era del 3% y planteaban su eliminación en 2020, lo que afirman sigue siendo un objetivo. Se están adoptando medidas de estímulo a la producción, aumentos de salarios y otras encaminadas a neutralizar las diferencias de ingresos y potenciar el consumo.
Fuentes del banco HSBC estiman que durante éste segundo semestre la inversión en infraestructuras se incrementará 15% sobre 2019. El Banco Popular, equivalente al banco central, pronostica un crecimiento del 6% en el cuarto trimestre y la plena normalización en el primero de 2021.
China se siente confiada en el potencial de su exitosa mezcla de socialismo y capitalismo. Para Mark Williams, economista jefe para Asia de la consultora Capital Economics, señala que Beijing está convencido que su modelo “es mejor que cualquier otro” y que por tanto deben “intensificarlo”.
Asegura Williams que la “gente subestima el poder que tienen los responsables políticos en China para estimular la demanda y hacer que se reactive” y pronostica que “China volverá a algo parecido a lo normal más rápido de lo que esperan muchos” asegurando que “ya están en ese camino”.
China es responsable del 30% del crecimiento mundial. ¿Cree usted posible y racional pretender acorralar esa economía?