La dolarización es un acertijo para la economía nacional

La dolarización es un acertijo para la economía nacional

Ante las crisis cambiarias que se ha presentado en algunos países se ha acelerado el proceso de dolarización, generalmente en presencia de altas tasas de inflación y de problemas con el sistema bancario.

Uno de los casos más típicos en este sentido, según lo advierte el economista Johnny Tió en su opúsculo «Dolarización de la Economía», lo es el caso del Ecuador, donde se dolarizó tras una crisis económica que llevó las tasas de interés y la inflación a niveles por encima del ciento por ciento.

Los procesos de dolarización tienen múltiples implicaciones, pero de hecho algunos deben ser enfocados en sus ventajas implícitas para las economías que asuman el proceso, en tanto también implican desventajas que deben ser ponderadas por las autoridades al momento de adoptar una decisión de tanta repercusión económica y política.

El economista Johnny Tió considera que, entre otras cuestiones, la República Dominicana deberá renunciar a su política monetaria una vez se adentre a oficializar un proceso de total dolarización.

«La dolarización -sostiene el economista Tió-, es un proceso mediante el cual un estado soberano renuncia a su política monetaria sustituyendo su moneda por una de otro país, usualmente el dólar norteamericano».

Este proceso comienza con la valoración en dólares de la base monetaria del país, considerando los niveles de emisión más las reservas de encaje legal. Esto se realiza para fines de convertir en dólares la moneda nativa a una tasa previamente establecida.

Antes de acometer plenamente esta decisión, se debe obtener del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos una certificación de que el país está apto para dolarizar.

Con posterioridad las autoridades monetarias del país deben someter el proceso al conocimiento del Congreso Nacional, institución que debe modificar la Constitución para esos fines, eliminando, como en el caso nuestro al peso como moneda de curso legal.

«De esta manera se procede a destruir las planchas de impresión de los pesos», sostiene el economista.

No obstante, sostiene que un proceso de dolarización no necesariamente implica que el dólar sea la única moneda de curso legal, ni que sea el dólar la moneda base. Ejemplos de esto son países como Bahamas, donde circulan el dólar de ese país y el dólar estadounidense.

En Panamá también ocurre lo mismo con el dólar norteamericano y el Balboa.

En Mónaco circulan tanto el dólar EU como el Euro y en el pequeño Estado de Andorra, también sendas monedas.

Generalmente se exigen una serie de prerrequisitos muy elevados como un sistema financiero muy desarrollado y competitivo, con alto grado de apertura internacional.

Se precisa de un alto nivel de reservas internacionales, un bajo nivel de deuda externa e interna, un reducido déficit fiscal y un mercado laboral flexible.

Aún cuando el país carece de muchos de esos atributos económicos, además se exige un sector exportador diversificado y altamente productivo, previamente certificado por parte de los Estados Unidos.

Pero al mismo tiempo implica la no existencia de un Banco Central, pero a cambio la banca debe mejorar sus niveles de patrimonio, liquidez y rentabilidad para tener acceso a fuentes externas de financiamiento.

No obstante, prevalece una tendencia a concentrar los depósitos y operaciones en bancos de capital extranjero y se reducen, entre otras cuestiones, las posibilidades de extender financiamientos a las PYMES.

Se precisa un aumento y fortalecimiento de la supervisión bancaria, mientras la banca tendría que manejar con mayor eficacia sus reservas de liquidez ante la no existencia de un Banco Central.

Una desventaja para el país, entre otras, consiste en que los bienes producidos localmente, pierden competitividad internacional ante una menor productividad.

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