Con la Dra. Margarita Cedeño de Fernández (MC) nos unen lazos desde antes de nosotros nacer, pues nuestros padres fueron amigos, es decir, que estos juicios no tienen ni pretenden tener ningún tinte de color partidista, sino simplemente afectivos, más bien muy afectivos. Mi padre la quiso mucho. Él ya mora en el lugar donde descansan los justos, por tanto, esta conversación entre ellos dos será “virtual”.
La doctora escribió el artículo “Moral y ética en política” en su columna semanal del Listín Diario (12 de abril). Se me ocurrió pensar ¿qué opinaría mi padre? sobre ese trabajo de un contenido ético. Por tal motivo, usaré la obra “Ética en política” de mi progenitor para imaginarnos qué opinaría el “padre de la ética dominicana”, don José Silié Gatón (JSG), sobre esos juicios de la talentosa dama.
MC:-Siempre existirá campaña negativa en todos los procesos electorales, puesto que es una herramienta legítima con la que un candidato saca provecho de los errores de su opositor. Pero lo que no puede existir, porque viola todo régimen moral y código de ética existente, es la campaña sucia, que busca afectar a una persona con mentiras y calumnias con rumores infundados y acusaciones alegres-
Sé que mi padre (JSG) le diría en consonancia: “La ética en la política es también aceptación de reglas formales, acerca del comportamiento en períodos electorales, de manera acentuada, ocasión en que parece perderse fácilmente la ecuanimidad, vendados los ojos por la pasión, predominando un espíritu revanchista, culminando muchas veces en el irrespeto y hasta la agresión física, marginando lo que son las leyes de convivencia moral. Quiere decir que en períodos electorales, es una necesidad vital, para toda persona que tercie en tal actividad, asumir un rol de respeto y tolerancia que responda a las exigencias éticas del ser, como un supremo orden de valores, puesto que tan pronto entra en lo que es el accionar electoral, se está haciendo doctrina con lo que es la preservación de la democracia”.
MC:-Un proceso electoral es el reflejo del sistema político existente. Permitir que nos alejemos de la moral y la ética en el proceso, es propiciar que lo mismo suceda en el conjunto de la sociedad, es un ejemplo dañino para las generaciones presentes y, más que nada para las generaciones futuras-
JSG: “La ética en política, implica la conservación de la vida con decoro, el goce de la libertad, un supremo sentido de la dignidad, el auge del saber ser valedor de la sustancia espiritual del ser, con relevancia espiritual, con sentimiento de justicia. Cúmplame decir que bajo la influencia de la pasión política se puede llegar hasta el error, razón por la cual hay que acogerse a los frenos de la moral social, para no caer en desaciertos lamentables, lo que obliga a una especie de examen de conciencia que haga reflexionar a la persona en torno a la importancia de la aplicación de los principios éticos, ya que al entrar en el esplendente escenario de la política partidista, principalmente en los países de economía no poderosa, donde la política determina en gran medida su destino, su futuro reposa en la mayoría de los casos, en el comportamiento de los políticos”.
Cuando la doctora Cedeño tenía unos 9 años, recuerdo, yo era el director del centro donde estudiaba, y en ese tiempo fue reina en el colegio. Al pronunciar su primer discurso al inicio de su reinado infantil, la hermosa damita decretó: “ordeno a todos mis súbitos a que esta noche sean todos muy felices”. El paso de los años le ha permitido con todas sus buenas acciones en otro “reinado” (adulto y democrático) llevar salud, alegría, esperanza y felicidad a muchos corazones dominicanos. Negarlo sería una ¡mezquindad!