HOLA.COM. La duquesa de Alba fue ingresada ayer, pasadas las doce del mediodía, en la clínica Sagrado Corazón de Sevilla para extraerles unas piedras en la vesícula que le detectaron el viernes, durante las pruebas previas a otra intervención para implantarle una válvula en el cerebro que alivie la hidrocefalia que padece.
Doña Cayetana llegó al centro hospitalario acompañada de su hija, Eugenia Martínez de Irujo, que viajó con ella en el mismo carro. Detrás lo hacían sus hijos el duque de Huéscar, el duque de Aliaga, el marqués de San Vicente del Barco y el conde de Salvatierra. El único que se quedó en el Palacio de Dueñas fue Jacobo, el conde de Siruela, quien fue representado por esposa, Inka Martí. La duquesa de Alba fue sometida a una sencilla intervención que se realiza por laparoscopía, algo que permitirá que su recuperación sea mucho más rápida y pronto pueda estar de vuelta en casa con los suyos.
La duración de la intervención fue de unas dos horas, tiempo en el que los hijos estarán reunidos para acompañar a su madre. El gran ausente ha sido su amigo Alfonso Díez, quien viajó el jueves pasado hasta Sevilla para pasar cuatro horas al lado de la aristócrata, y seguro que también para darle ánimos antes de pasar por el quirófano.
Este mismo día estaba previsto que Cayetana se sometiera a otra intervención para implantarle una válvula en el cerebro que alivie la hidrocefalia que padece. Sin embargo, al ser sometida el pasado viernes a algunos análisis médicos antes de esta operación, se le detectaron unas piedras en la vesícula que hicieron que se volviese a posponer el implante.