JOSÉ ENRIQUE BÁEZ UREÑA
Quiero hacer un llamado a los ecologistas, ambientalistas y comunicadores del ambiente en general, para que no sigan defendiendo la Ecología.
¿Saben por qué? Porque cuando convocamos al pueblo a defender la ecología, lo estamos sumiendo cada día más en la ignorancia y lo estamos desorientando.
Casi todos los artículos y proclamas de los amigos (as) que se autodefinen como ambientalistas, ecologistas y de políticos y politiqueros, que dicen (sólo en discursos) defender el ambiente y los recursos naturales, e incluso algunos profesionales del sector ambiental repiten de manera «doctoral» y «patriótica» la errada expresión, ya convertida en consigna, de «defender la ecología».
Y resulta que la Ecología no se defiende.
La Ecología se estudia; porque la Ecología es una ciencia. La ecología es la ciencia que desarrolla el estudio de las interrelaciones de los seres vivos entre sí, y de estos por separados y/o como conjunto, con los elementos y factores abióticos que conforman los diferentes espacios en donde se desarrolla o eventualmente podría desarrollarse la vida.
La Ecología como ciencia se propone profundizar en el conocimiento del medio físico donde se desarrolla la vida y con ello aportar las herramientas teórico-metodológicas que han de garantizar la estabilidad y calidad de vida de los seres vivos en sus procesos de evolución y desarrollo, partiendo de la optimización de la relación entre las necesidades vitales de estos últimos por separados o de conjunto y las particulares bio- físicas de los espacios naturales que ellos ocupan.
Si entendemos lo antes expuesto y queremos concienciar a los ciudadanos (as) sobre la necesidad de un uso racional y sostenible de los recursos que nos brinda la naturaleza, y sobre la necesidad de que el ser humano asuma ya un modelo de vida amigable con el medio físico en donde se desarrolla la vida humana, animal y vegetal, entonces no se trata de defender la ecología.
Se trata de orientar al pueblo sobre la importancia y el valor potencial de los diferentes ecosistemas en donde evoluciona la vida, y en donde se encuentran los recursos primarios que son la garantía para perpetuar la vida de todos los que habitamos el planeta tierra.
Se trata de luchar, exigir y reclamar, para que no se siga destruyendo la casa común en nombre de un modelo de desarrollo económico, que no es más que una propuesta para convertir el planeta en un vertedero global del consumismo que se deriva de una dinámica de mercado guiado sólo por el afán de lucro, la ambición material y la satisfacción individual artificial.
En definitiva, se trata de estudiar la Ecología y de utilizar los conocimientos científico-técnicos para educar y luchar permanentemente para que todos aportemos nuestro grano de arena en la tarea común de mejorar y perpetuar en condiciones óptimas los espacios en donde crece la vida.