El peor drama que pueden y suelen vivir los humanos es la dispersión. Nuestros padres solían referirse a alguien diciendo que era “un disoluto”. También se decía: Ese tipo es un per-verso o per-vertido. O sea, alguien que vertió o vertía su persona en acciones incorrectas. Ciertos “organismos” (¿?) tratan de eliminar estos términos del … Sigue leyendo La economía de la fe
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