La economía mundial es  vulnerable al vértigo

La economía mundial es  vulnerable al vértigo

Chris Giles
Aunque de ningún modo la data señala de manera rotunda que todo va en picada, han crecido los temores sobre una reactivación lo cual ha sido ampliamente notable, pero se conservan al menos cuatro riesgos principales para su estabilidad.

“Doblemente profunda”, es la frase en boca de todo el mundo, y hace que muchos de ellos tiemblen. Con el “shock” del 2008 todavía presente en la memoria, el momento  de hacer cálculos sobre la economía mundial, ha llegado. ¿Se habrá determinado el retorno del nadir como una expansión sostenible, o el alivio inicial mutará en la desesperación de una renovada depresión?

No hay duda de que se ha agriado el humor desde la primavera a medida que las autoridades de Europa se agitan frente a una crisis de deuda soberana, intensificando de ese modo sus efectos. Sólo tome en cuenta una encuesta de los medios de comunicación de los pasados seis meses, no obstante sean faltos de rigor científico: mientras mencionar la recuperación en forma de “V” ha quedado constante, las referencias para una doblemente profunda han aumentado. Ellas fueron casi cuatro veces tan altas tanto en julio como en mayo. El pesimismo se ha esparcido entre los legisladores de las mayores economías del mundo. Revisando los pronósticos por primera vez desde el 2009, Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal, dijo recientemente al Congreso que la perspectiva de E.U. era “inusualmente incierta”. El jefe del banco central de América agregó: “Estamos listos y actuaremos en el caso de que la economía no mejore, sólo si no vemos el tipo de mejorías que estamos esperando en el mercado laboral”.

Lawrence Summers, jefe asesor económico para el presidente Barack Obama, describió a las principales economías del mundo como que están “en o cerca de condiciones de trampa de liquidez”, lo cual se traduce como una implicación de que ellos están muy débiles ya que las tasas de interés más bajas y otras herramientas de políticas monetarias son estimulantes inefectivos. Sin importar cuanto dinero es inyectado en el sistema, la gente está muy nerviosa de que ellos lo estuvieron acumulando.

Pero el hecho de pensar en la parte negativa no significa que se dice la historia completa. Aunque los temores han crecido, la data no señala un descenso inquietante. En cambio, guía a una notable expansión en las economías emergentes, la economía mundial ha sorprendido casi a todo el mundo creciendo tan rápido en el 2010 como estaba antes de la crisis financiera.

Mientras el pronóstico del Fondo Monetario Internacional para este año se debilitó un 1.9% en abril del 2009, este ha sido revisado subsecuentemente en cinco ocasiones, cada vez resultando más alto, así que ahora está en un 4.6%. El comercio mundial está incrementando a tasas de doble dígito y aún en el mundo avanzado, los aumentos de categoría en los pronósticos de crecimiento han sido mayores que los descensos. La economía de Alemania ahora se espera que haya crecido por más de un 1% por el mismo periodo, la tasa más rápida por cuatro años.

Este positivismo en el aire ha guiado a algunos legisladores europeos a hacer llamados más estridentes a un constreñimiento fiscal en relación a lo que ellos habían estimado hace un año atrás. Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo, llamó la semana pasada por contracción en todas partes. “En retrospectiva, vemos cuán desafortunadamente fue el simplificado mensaje de estímulo fiscal dado a todas las economías industriales bajo el lema: ‘estimula’, ‘activa’, ‘gasta’!, según él subrayó en Financial Times.

A pesar de las preocupaciones acerca de la doble profundidad de la crisis, la gran mayoría de economistas todavía predice una continua recuperación, aunque ellos calculan que la economía global se frenará en el segundo semestre del 2010. Willem Buiter, jefe economista de Citigroup, no espera un gran golpe de Europa. “Esta es una recuperación patética, pero no más patética de lo que se esperaba antes de la crisis de deuda soberana”. Por supuesto, Trichet conoce el futuro mejor que Bernanke, Roubini o Buiter. Y aparte de eso en el muy corto plazo, los pronósticos económicos ofrecen poca información valuable. Tomando como guía los anteriores pronósticos errados, la nueva oficina para la Responsabilidad Presupuestaria ve un 80% de oportunidad de que la economía británica crecerá entre un 0.4% negativo y un 4.7% positivo en el 2011, un rango muy amplio que abarca tanto auge como decadencia. No mucho más útil en adivinar el futuro es su cálculo de que hay un 50:50 de oportunidad de que el crecimiento del 2011 tampoco estará por debajo de un  1.2% o por encima de un 3.9%.

Lo que es cierto para Reino Unido también aplica para la economía global, de acuerdo a Michael Dicks de Barclays Wealth. Las incertidumbres sobre el consumo de E.U., la supervivencia de la unión monetaria europea y la inflación asiática, implican que el pronóstico macroeconómico necesita estar actualmente basado en el panorama, antes que en la variedad de suposiciones más usuales.

Así que, ¿qué podría causar una crisis doblemente profunda? Hay cuatro grandes riesgos: una baja general en la confianza, el despliegue de aumentos temporales para el crecimiento, una repentina implosión financiera y una mala reacción a la austeridad fiscal.

La confianza decae.   La primera entre las causas de preocupación es el efecto de la decadente confianza en las empresas y las familias, el pegamento que mantiene a la recuperación global articulada. La señal inicial llegó en mayo cuando el índice global de directores de compras, tanto para la manufactura como para los servicios, cayó desde el pico observado en abril, mientras la actividad y las nuevas órdenes disminuyeron.

Los declives continuaron en junio, alimentando los temores de que la fase rápida de la recuperación podría ser efímera. Pero, los resultados de julio para Europa, la causa principal de preocupación en la primavera, fueron mucho más fuertes. “Esto indica que apenas nada de la velocidad del fuerte crecimiento del segundo cuatrimestre de 2010 se ha perdido hasta el momento”, dice Greg Fuzesi de JPMorgan, con el producto interno bruto “que todavía parece que está creciendo confortablemente por encima de un 2.5% a un ritmo anualizado a inicios del tercer trimestre”.

Las familias también han mostrado pocas señales de una recaída en el temor de gasto. Aunque en la mayoría de los países afectados por la recesión han estado ahorrando mucho más que antes de la crisis, las tasas de ahorro han parado de aumentar. A las tasas actuales, las familias serán capaces de reducir la deuda sin restar adicionalmente el crecimiento económico.

Los aumentos temporales terminan.   La segunda preocupación es que la recuperación ha sido guiada bastante lejos por características negativas post recesión de las economías, tales como compañías reconstruyendo los niveles de acciones. Dada la dependencia de E.U. sobre los cambios en los inventarios por la mayoría de su crecimiento en los pasados dos cuatrimestres, Bernanke está preocupado por uno. En su reporte semi-anual este mes él dijo al Congreso que “la política fiscal y la reposición de inventarios posiblemente estarían proveyendo menos ímpetus a la recuperación de lo que han conseguido en los trimestres anteriores”.

Pero aún muchos pronosticadores tradicionalmente pesimistas están de acuerdo en que todavía hay suficiente velocidad en estas economías para prevenir una doble profundidad resultante solamente del fin del ciclo de inventario.

Julian Jessop de Capital Economics dice, que “las recuperaciones en E.U. y China parecen estar disminuyendo a un ritmo más sostenible que el hecho de llegar a una reducción completa”. La data que llega sobre inversión y gasto de consumo ha sido bastante buena, él dice. “El crecimiento siempre fue posible que se frenara una vez que estos aumentos comenzaran a desvanecerse. No obstante, esta depresión no necesita desarrollarse al nivel de “doble profundidad”. En China, donde el crecimiento anual decayó a 10.3% en el segundo trimestre desde un 11.9% en el primero, la disminución ayuda a “evitar el sobrecalentamiento y asiste en la transformación de nuestro modelo económico”.

La crisis retorna.   El tercer temor es que es sólo cuestión de tiempo hasta que otra crisis llegue al mercado de deuda soberana de Europa. Como con el colapso de Lehman Brothers en el 2008, una fisura repentina destrozaría todo análisis basado en tendencias anteriores. Reconociendo este riesgo, el FMI dice que la reciente turbulencia del mercado “ha proyectado una nube sobre la perspectiva” y si la confianza y el crecimiento implosionaron en Europa, “el crecimiento negativo se esparce a otros países y regiones que podría ser sustancial debido a los vínculos financieros y comerciales”. En un modelo de evaluación de un desastre similar en Europa a finales del 2008, el crecimiento mundial caería por 1.5 puntos en el 2011, el FMI estima, y que la eurozona sufrirá una seria crisis doblemente profunda.

Afortunadamente para el mundo, las señales de esta primavera de que la implosión era inminente, y la vacilante respuesta de los gobiernos europeos en asentar los planes de rescate, nunca renunciaron a volverse una crisis más amplia. Como Holger Schmieding en Bank of America Merrill Lynch dice: “Grecia está quedando en un giro fiscal impresionante; España pasó a través de su pico de la temporada de financiamiento en julio con diferentes colores. El riesgo de que España pueda caer ruidosamente en la seguridad pronto ha retrocedido.

Mientras más Europa se las arregla con una nueva crisis, más remoto el riesgo de que se vuelva un riesgo de implosión repentina. De acuerdo a Buiter, “el escenario de desastre de las moratorias soberanas ya no está más sobre el tapete como un riesgo a largo plazo”. Las evaluaciones de tensión de la banca europea de la semana pasada pueden representar otro pequeño paso lejos del abismo.

La austeridad.   Cuarta preocupación, si el riesgo de crisis financiera es muy real, pero decreciente, los riesgos para la economía global de austeridad fiscal sin duda han aumentado. Los presupuestos gubernamentales han sido contraídos alrededor del mundo desde la crisis de Europa en mayo, proveyendo un viento contrario adicional en un momento en que hay una tendencia natural para las economías aplacarse. Los economistas están de acuerdo en que la política fiscal necesita contraerse, pero no están de acuerdo en la coordinación de los incrementos fiscales, reducciones de gastos y la velocidad de la disminución del déficit. Aunque el FMI está nervioso. “La mayoría de las economías avanzadas no necesitan contraerse antes del 2011, porque contraerse más pronto podría minar la recuperación en ciernes, pero ellos no pueden agregar un estímulo adicional”, este dice.

Pero, el calentamiento generado por el debate teórico económico sobre la austeridad fiscal puede exagerar el significado económico sobre las políticas presupuestarias actualmente planeadas. Tampoco un extremo constreñimiento, ni un estímulo extremo están sobre la mesa en ninguna economía emergente o avanzada apreciablemente equilibrada. En promedio, para reducir los déficits el plan avanzado de los miembros de las principales economías que dirigen el Grupo de 20 relativo al gasto y a las medidas fiscales de un 1.25% del ingreso nacional en el 2011, por encima de un 1.1% antes de la crisis de deuda de Europa.

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Mercados emergentes

Los mercados emergentes están constriñendo los presupuestos por un 0.85% del ingreso nacional, por encima de 0.65% en abril. Nadie puede estar seguro de que las tendencias actuales, casi igual de benignas, terminarán y que es seguro hacer eco de que todo está claro. Lord Stern, alto jefe economista del Banco Mundial y académico de la Escuela de Economía de Londres, dice que las incertidumbres mencionadas por Bernanke son muy reales. “No sabemos qué puede pasar a la confianza de inversión y de consumo; es absurdo pretender otra cosa”.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE MARIA DEL CARMEN MARTÍNEZ

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