Como periodista turístico abordaré estos dos conceptos, mirando las perspectivas que se pueden dar en busca de elevar nuestro mercado, especialmente en cuáles áreas se pueden explotar, y así seguir creciendo como destino.
Diversos autores hablan de economía naranja como el conjunto de actividades que gravitan en la transformación de ideas en bienes y servicios de carácter cultural, es decir, que nuestras ideas en el desarrollo del turismo se deben basar en la creación de atractivos que sean llamativos para los visitantes.
Por ejemplo, la Organización Mundial del Turismo (OMT) creó el capítulo Turismo Sostenible que consiste en seguir los principios de sostenibilidad, minimizando el impacto sobre el medio ambiente y la cultura local, al tiempo que contribuye a generar ingresos y empleos para la población local.
Entonces, qué podemos hacer en la República Dominicana para que, a través de la economía naranja, nuestro turismo sostenible sea más rentable para las comunidades, sobre todo en generar ideas que atraigan mayores turistas.
Como país, líder del Caribe en recepción de turistas, debemos plantearnos otros atractivos para poder incrementar el número de vuelos de todos los países, y para eso debemos concentrarnos en promover nuestra cultura, historia y religión.
Nuestra tierra tiene la bendición de ser el primero en recibir a los colonizadores; la religión católica entró América por aquí; la primera catedral y la primera universidad son atractivos que debemos promover, basándonos en ideas que ayuden a mejorar la economía de nuestros pueblos.
Debemos trabajar en la aplicación de estrategias que nos permitan atraer turistas que buscan conocer las historias de los países, porque les gusta visitar lugares que cuentan sucesos como el primer indígena bautizado en América, que se trata de Guaticaganú, de los macoriges, quien con toda su familia se convirtió al cristianismo, oficializado por fray Ramón Pané, con el nombre de Mateo, un 21 de septiembre del 1496.
Tenemos nuestra ruta religiosa, denominada de la fe cristiana en el denominado Nuevo Mundo, entonces, por qué no se promueve este importante atractivo que mueve el sentimiento de toda América.
Las opciones de seguir creciendo en el turismo están, pero debemos ser más estratégicos en promover nuestro destino de otra manera, pues la historia la tenemos y debemos contarla a nuestros visitantes.