Los números rojos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) nos dicen que la economía latinoamericana se apagó y se encuentra en caída libre.
El PIB de la Región desacelera 9.1% y 9.9% el per cápita, estima será igual al nivel de 2010. República Dominicana retrocede 5.3 por ciento y 6.8% el per cápita, regresa al monto de 2018. No obstante, nos ubica en el grupo de países de menos pérdida de producto en 2020.
El desplome es mundial y por la misma razón, la pandemia. Desde marzo soportamos restricción de la movilidad de personas, cero turismo, cierre de aeropuertos, fronteras, fabricas y comercio interno, con fuerte caída de exportaciones e importaciones y flujos financieros, principalmente la inversión extranjera directa.
Se desconoce el costo económico, depende de cuando se supera la crisis sanitaria, tenemos el dato puntual de que nuestro PIB perdió 8.8% en enero-mayo 2020, sin precedente, lo más cercano es la caída de 2.8% en los mismos meses de 2008, cuando la Gran Recesión.
Para que la pérdida no sea como pronostica la CEPAL o peor, hay que alejarse del riesgo de retroalimentación y profecía autocumplida, adoptando un discurso cargado de optimismo que evite se reduzca más aun la inversión, el consumo y la economía.
No tenemos crisis de balanza de pagos, lo que se debe resolver es el problema fiscal de cortísimo plazo, sabiendo que el financiamiento del Presupuesto de este año es de US$6,732 millones o RD$397,204 millones, de los cuales US$2,768 millones o RD$163,312 millones para amortizar deuda pública y US$3,964 millones o RD$233,900 millones para cerrar la brecha del presupuesto.
¿Cuánto financiamiento ha gestionado el Gobierno de Danilo Medina? US$3,795 millones o RD$223,905 millones. ¿Cuánto deberá gestionar el Gobierno de Luis Abinader? US$2,937 millones o RD$173,283 millones.
En el orden fiscal los deberes más urgentes que tendrá el nuevo Gobierno son los siguientes. Uno, para completar el año gestionar el financiamiento pendiente (US$2,937 millones) en el mercado de capitales internacionales, a precio relativamente bajo y a largo plazo.
Las buenas noticias son que hay mucha liquidez en los mercados externos, que los inversores buscan economías estables como la nuestra para colocar su dinero, no están obsesionados con déficit de corto plazo y nuestro riesgo país se ha mantenido muy por debajo de la media de la Región.
Y dos, no empeorar una economía que la CEPAL pronostica descenderá fuertemente. Por eso los presupuestos públicos de 2021 y 2022 deben aparcar los recortes de gasto y la austeridad prematura, la economía debe recibir estímulos con más inversión pública, que combinados con las políticas monetarias extraordinarias vigentes, que se puede decir casi solas han estado afrontando los fuertes efectos de la crisis, limitando las pérdidas de PIB y empleos, ayude a recuperar lo antes posible el PIB que se pierde este año y el nivel que hubiéramos generado de no aparecer el virus.
Que nadie se engañe, si retrocedemos 5.3% en 2020, con una recuperación del 5.3% en 2021, no llegamos al nivel de producto y empleo que teníamos en 2019. Debemos crecer más en los próximos dos o tres años para recuperarnos y regresar al nivel de PIB per cápita de 2019, uno de los indicadores del desarrollo.