El ministro de Economía mezcló temas distintos, dijo que el modelo económico no funciona y la economía no produce suficientes dólares. Estoy en desacuerdo con lo segundo.
El modelo económico debe cambiarse pero por razones ajenas al mercado del dólar. Entre otras causas, cito el estancamiento de la renta media del trabajador, mientras crece la participación del capital en el ingreso nacional. Y la división del ingreso nacional entre capital y trabajo, que tiende a concentrar la riqueza, generando marginalidad y exclusiones sociales.
Alertas verificables y del dominio de los que hacen políticas públicas. Se necesita un modelo que garantice lo siguiente: a) crecimiento económico con estabilidad macroeconómica, basado en políticas públicas que apoyen la creación de empleos en zonas marginadas; b) remuneraciones reales crecientes para los trabajadores, lo que implica incorporar en el salario la inflación y parte del incremento de la productividad del trabajo; c) reducción de la informalidad de los trabajadores que supera el 50%, para que aumenten sus ingresos y derechos, es decir, para que mejore su calidad de vida.
Sobre el mercado de dólares, los números dicen que la cantidad que produce la economía es suficiente para atender los requerimientos. Como ejemplo cito los del periodo 2012-junio 2016, el volumen de dólar que entró al país superó al que salió en US$5,832 millones.
El flujo neto de dólares del exterior, que es la suma de las exportaciones de bienes y servicios, remesas, donaciones y flujo de capitales, promedió anualmente US$21,000 millones, periodo 2012-2015. Del total, el 82%, el monto de US$17,000 millones se destino a importar bienes y servicios.
Es decir, sobró el 18% de los dólares que entraron. Y en los primeros seis meses de 2016 se recibieron US$10,261 millones, para importar mercancías y servicios se uso el 80%, el monto de US$8,214 millones. Sobró el 20%.
Es decir, los resultados netos del sector externo muestran la incuestionable disponibilidad de dólares en el mercado para pagar importaciones y demás compromisos externos, con sobrantes de US$5,83 millones. El resultado, no obstante el déficit fiscal acumulado y financiarse las necesidades de dólares para la construcción de las plantas de carbón de Punta Catalina, en lugar de los préstamos externos que aún no se desembolsan.
Sobrantes de dólares que no apreciaron el peso frente al dólar, se comportó por debajo de la meta, que el país usó para aumentar sus Reservas Internacionales distribuido así: en el Banco Central, el monto de US$2,091 millones, de US$3,209.8 millones en 2012 a US$5,301 millones en junio 2016. Alrededor de US$3,741 millones las de los bancos comerciales y otras entidades del sector financiero. Con razón el gobernador del Banco Central dijo que no había escasez real de dólares, que la banca comercial tenía disponible el volumen de US$1,200 millones.
Hablemos claro, el país genera un volumen suficiente de dólares para la demanda ordinaria, las compras extraordinarias son las amenazas, como las que se realizan o estiman los agentes se harán para Punta Catalina. Andaremos en la cuerda floja mientras no se consiga desembolsar los préstamos del proyecto, porque las compras extraordinarias no son neutras, crean incertidumbre, alteran el equilibrio del mercado. Como dicen los historiadores, es la causa de las causas.