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POR SARAH PÉREZ
Mucho se habla de la menopausia, etapa en la vida de toda mujer que se caracteriza por el descenso en la producción hormonal (estrógeno y progesterona), el cese de la función ovárica y la pérdida de la capacidad reproductiva. Generalmente, se presenta entre los 42 y los 50 años.
Durante la menopausia la mujer pierde su capacidad reproductiva, mientras que la andropausia (que comienza a presentarse en los hombres entre los 45 y 55 años) aunque trae consigo un declive en la capacidad sexual, no inhibe la facultad de procrear, aún después de las siete décadas de vida.
Poco se habla de la andropausia, que es un fenómeno similar a la menopausia de la mujer, pero que experimentan los hombres. Ambos procesos se caracterizan por la caída de los niveles hormonales estrógeno en la mujer y la testosterona en el varón. Los hombres, a diferencia de las mujeres, no revelan signos claros ante la llegada de la andropausia (como el cese de la menstruación), pero sí experimentan cambios orgánicos.
Los ejemplos de la prolongada capacidad reproductiva de los hombres son incontables y entre las personalidades famosas que procrearon a una avanzada edad podemos citar a Charles Chaplin, Anthony Quinn y Pablo Picasso. No obstante, estudios científicos realizados durante años aseguran que también en el sexo masculino la edad es un factor que incide en la calidad de la fecundación, aunque no afecta totalmente la facultad de procreación.
El doctor Fernando Neuspiller, médico argentino, Master en Reproducción Humana, dice de manera categórica que cada vez son mayores las pruebas que cuestionan la suposición ancestral, que afirma que los varones pueden tener hijos sanos a cualquier edad y alerta sobre la calidad de los espermatozoides de los hombres mayores.
Explica el especialista que en los hombres el reloj biológico se relaciona con la medición en los parámetros seminales y con el paso de los años la cantidad de esperma disminuye. Aunque la merma en el número de espermatozoides producidos les permite mantener su capacidad reproductiva, la calidad de la fecundación baja, debido a la fragmentación del ADN (principal componente del material genético), situación que podría generar el desarrollo de diversas patologías en los bebés.
Los expertos en genética advierten sobre la posibilidad de que los hijos concebidos por padres de más de 50 años padezcan alteraciones morfológicas, enfermedades como la acondroplasia (un tipo de enanismo), la neurofibromatosis (trastorno genético que provoca tumores no cancerosos a lo largo de los nervios); síndrome de Marfan (trastorno del tejido conectivo) y el síndrome de X (frágil anomalía que genera retraso congnitivo). Los riesgos se incrementan si la madre sobrepasa los 35 años.
