La educación como herramienta de cambio social

La educación como herramienta de cambio social

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La educación provee conocimientos y habilidades críticas para la vida. Enseña valores como la empatía, la justicia, la responsabilidad y el respeto por los derechos humanos. A través de un acceso equitativo a una educación de calidad, los niños y jóvenes pueden comprender su entorno, cuestionarlo y participar activamente en su transformación.

Empoderamiento a través de la educación

El expresidente de la República Dominicana, Dr. Leonel Fernández, dijo: «La educación no solo cambia vidas, transforma sociedades completas.» Esta reflexión resalta un principio fundamental: la educación no solo afecta al individuo, permea todos los aspectos de la sociedad.

A través del aprendizaje, se siembran las bases para una ciudadanía activa, consciente, capaz de enfrentar los desafíos de su tiempo con soluciones innovadoras y colaborativas. Esto se evidencia en los ejemplos transformadores de iniciativas en Latinoamérica y República Dominicana, que han cambiado realidades, como los Centros Tecnológicos Comunitarios y las Escuelas de Jornada Extendida, generando impactos positivos en miles de vidas. Continuar invirtiendo en estos esfuerzos es clave para reducir desigualdades y construir un futuro más justo.

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La educación fomenta el pensamiento crítico, permitiendo a los niños y jóvenes evaluar opciones, considerar consecuencias y tomar decisiones informadas. Esto los prepara para enfrentar los desafíos de la vida con confianza y determinación, de acuerdo a UNESCO, 2023.

Reforzando esta idea, Save The Children, 2022, dice que cuando los niños y jóvenes tienen acceso a una educación que respeta y valora su opinión, se sienten empoderados para expresar sus ideas y participar en la construcción de sus comunidades.

El Banco Mundial, 2023, asegura que la educación es una de las herramientas más efectivas para reducir la pobreza y promover la equidad. Al proveer habilidades para el empleo y conocimientos para la vida, permite a los jóvenes acceder a mejores oportunidades económicas.

La educación como herramienta de cambio social

Retos y oportunidades

A pesar de su importancia, millones de niños y jóvenes en el mundo carecen de acceso a una educación de calidad. La pobreza, la discriminación de género, los conflictos y la falta de infraestructura educativa son algunos de los obstáculos más comunes.

En República Dominicana, los retos son particularmente significativos:

En las zonas rurales y marginadas, persisten brechas significativas en la calidad de la educación. Según el Ministerio de Educación, solo un 65% de los estudiantes rurales completan la educación básica, en comparación con el 80% en las zonas urbanas.

Muchas escuelas enfrentan carencias de infraestructura, como falta de aulas adecuadas, baños funcionales y acceso a tecnología, lo que afecta el rendimiento académico.

Aunque iniciativas como los Centros Tecnológicos Comunitarios han avanzado, muchos estudiantes aún carecen de acceso regular a internet y dispositivos electrónicos, limitando su capacidad para beneficiarse de la educación digital.

Según la Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo (2023), la deserción escolar es alta en adolescentes, particularmente entre los 14 y 17 años, debido a factores como la pobreza, embarazos tempranos y la necesidad de trabajar.

Aunque ha habido esfuerzos para mejorarla, muchos docentes carecen de capacitación adecuada y herramientas pedagógicas actualizadas.

Oportunidades

La expansión de la jornada extendida ha permitido mejorar el rendimiento académico y proporcionar alimentación y actividades extracurriculares a más de un millón de estudiantes.

Iniciativas público-privadas como las de EDUCA han promovido mejoras en la calidad educativa mediante proyectos colaborativos entre el sector privado y el gobierno.

Programas de inclusión digital como «República Digital» buscan reducir la brecha digital mediante la entrega de dispositivos tecnológicos a estudiantes y docentes, así como el desarrollo de plataformas de aprendizaje en línea.

Organizaciones como el Observatorio de Políticas Educativas (OPE) están promoviendo la transparencia y el monitoreo del sistema educativo, fortaleciendo la participación ciudadana en la mejora de la educación.

Programas técnicos y vocaciones están ayudando a los jóvenes a adquirir habilidades para el mercado laboral, fomentando su empleabilidad y reduciendo la pobreza.

Ejemplos de impacto en Latinoamérica y República Dominicana

La educación es el cimiento sobre el cual se edifican sociedades más equitativas y justas. A través del acceso a una formación integral, los niños y jóvenes adquieren no solo conocimientos, sino también habilidades para cuestionar el status quo, proponer soluciones innovadoras y liderar transformaciones en sus comunidades.

Es un proceso que impulsa el desarrollo económico, reduce las desigualdades y fomenta la cohesión social, brindando a cada individuo la oportunidad de ser un agente de cambio. En contextos como Latinoamérica y el Caribe, donde persisten brechas significativas, la educación se convierte en la clave para romper ciclos de pobreza y construir un futuro lleno de posibilidades.

La Fundación Enseña por Colombia es un programa que ha demostrado cómo la formación de líderes educativos en comunidades vulnerables puede transformar la calidad de la educación y motivar a los estudiantes a continuar su aprendizaje.

De la misma manera, los Proyectos de alfabetización en México, organizaciones como CONAFE han trabajado para llevar educación a zonas rurales, con resultados positivos en el aumento de la tasa de alfabetización juvenil.

En Uruguay, el Plan Ceibal es pionero proporcionando computadoras portátiles a estudiantes y docentes, fomentando la inclusión digital y mejorando el acceso al conocimiento.

En la República Dominicana, el programa de alfabetización nacional Quisqueya Aprende Contigo ha ayudado a más de 700,000 personas a aprender a leer y escribir, promoviendo la inclusión social y económica de adultos y jóvenes. En ese mismo sentido, los Centros Tecnológicos Comunitarios que ofrecen acceso a internet, formación en habilidades tecnológicas y espacios de aprendizaje interactivo para niños y jóvenes en comunidades rurales y marginadas y finalmente las escuelas de Jornada Extendida que implementan en más del 70% de las escuelas públicas, este modelo proporciona más tiempo para la formación académica, actividades extracurriculares y alimentación, impactando positivamente en el rendimiento escolar y el desarrollo integral de los estudiantes.

La educación es mucho más que un derecho; es una herramienta de cambio que transforma vidas y sociedades. Invertir en la educación de la niñez y la juventud asegura un mejor futuro para ellos y para el mundo entero. Es responsabilidad de todos garantizar que cada niño y joven tengan acceso a este recurso vital, empoderándolos para ser los protagonistas de su propio destino y agentes de cambio en sus comunidades.

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