Hace un tiempo atrás, lo más común era que los padres corrigieran a sus hijos con alguna reprimenda o “pela” acompañada de algún castigo cuando hacían algo fuera de lugar o incorrecto.
Hoy, sin embargo, esa historia ha cambiado, los métodos que utilizan los tutores para criar y corregir a sus hijos han evolucionado con el paso del tiempo.
Para la psicóloga Zuleyma Rosario, estas transformaciones en la forma de criar se deben a los tiempos los cuales han traídos cambios en los patrones familiares.
“La familia de ayer y la de hoy no es la misma. Antes, por ejemplo, era común ver familias muy numerosas donde la mamá permanecía en casa al cuidado de los hijos, y todo debía ser compartido: hermanos que dormían todos en una misma habitación y heredaban unos de otros las ropas, los juguetes y los libros, además el papá era el único proveedor familiar”, señala Rosario.
En cuanto a los nuevos modelos, Rosario entiende que en la actualidad, las familias educan a sus hijos de una forma más abierta, existe más libertad de expresión entre los miembros, el uso de la tecnología y el manejo de información ha hecho que se interesen cada vez más por diversos temas y que quieran incursionar en otras disciplinas.
De igual forma, -observa la especialista de la conducta- los padres ya no pasan tanto tiempo en casa, más bien, se preocupan por suplir las necesidades económicas de la familia, las cuales resultan demandantes y lamentablemente cada vez es menos frecuente el comer todos juntos en la mesa y el conversar los unos con los otros se ha reducido a “escribirnos por chat”, ya que cada quien suele tener su propia agenda y tristemente se va fomentando la cultura del individualismo en las familias.
Esta carencia de comunicación entre los miembros, acaba por generar un vacío producto de la falta del “sentido de pertenencia” que da el sentirse esperado, acogido y escuchado en el calor de un hogar.
La educación familiar correcta. Rosario entiende que cada familia debe establecer su propio patrón de crianza, muchas veces este queda influenciado por las generaciones anteriores por lo que lo ideal es tomar lo bueno de ese legado (el amor al trabajo, la honestidad, la solidaridad para con el otro, la generosidad, honrar a los mayores, cercanía). Y lo bueno que ofrece el mundo moderno hoy día (acceso a información, conocimiento, tecnología, opciones de entretenimiento). Es fundamental que las familias se adapten a los tiempos pero sin perder de vista lo que son valores como el amor, respeto, confianza, solidaridad y claro está, aquellas cosas que son importantes para cada familia en particular.