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Desde las últimas décadas del pasado siglo 20, dos documentos sobre políticas de educación superior han estado circulando en los círculos académicos y contribuyendo a despertar el interés sobre tan importante tema: “Lecciones Derivadas de la Experiencia” y el de “Política para el Cambio y Desarrollo de la Educación Superior”; el primero, elaborado por el Banco Mundial y el otro por la UNESCO. Ambos examinan la situación actual y las perspectivas de la educación superior de los países de la América Española y de otras partes del mundo, haciendo énfasis sobre su calidad, pertinencia y financiamiento. Pero, el documento del Banco Mundial presenta las universidades, especialmente las públicas, como parte de la problemática de la sociedad contemporánea, diferente al de la UNESCO centrado en la perspectiva del aporte de las universidades a la solución de dicha problemática. Es decir, los especialistas del Banco Mundial ven las universidades como parte del problema y los de la UNESCO como parte de la solución. Los aludidos documentos parten de escalas de valores distintas: el del Banco Mundial inspirado en una concepción economicista; y el de la UNESCO en una concepción humanista. Por tratarse de dos importantes organismos del sistema de Naciones Unidas, los documentos a los cuales hacemos referencia están llamado a tener un gran impacto en el debate sobre la educación superior, sin dudas, mucho más complejo que el que tuvo lugar en esta región varias décadas atrás. Lo que ahora está en juego es la confianza misma de la sociedad en la educación superior pública como uno de los medios privilegiados con que cuenta los países para promover su desarrollo y fortalecer su identidad nacional.
Las tesis del Banco Mundial suelen influir de manera poderosa en los sectores gubernamentales encargados de formular las políticas de desarrollo, especialmente en países como el nuestro cuyas frágiles economías a menudo requieren del crédito internacional. Por ello y otras cosas más, las recomendaciones del Banco Mundial no pueden ser ajenas a nuestro interés por sus repercusiones en la voluntad de los gobiernos al momento de decidir las prioridades del gasto público.
En próximas entregas examinaremos el documento de políticas del Banco Mundial y luego haremos lo propio con el emanado de la UNESCO.
Esto sucede, en momentos de la existencia de pruebas convincentes de que hoy día, en la República Dominicana, y en otras naciones de la América Española, se están realizando más programas y experimentaciones en la educación superior que las llevadas a cabo en cualquier otro momento de la historia de nuestro país y las de otras naciones. Además de los mencionados, otros factores están contribuyendo al fermento actual de la educación superior. Algunos tienen un significado especial como el tan comentado aumento de la población estudiantil y el descubrimiento de nuevos medios para una mejor educación, especialmente en lo que respecta a las ciencias, a las matemáticas y a los idiomas. En otras entregas, deseamos presentarles a nuestros amables lectores un resumen de los más recientes progresos en materia de educación superior, suponiendo que nos dirigimos a una audiencia que anhela saber más acerca del mismo.