La electricidad

La electricidad

JOSÉ LOIS MALKUN
Analicemos el caso ¿Cuál es el principal problema del sector eléctrico? Por un lado, que el Gobierno siga metido en eso. Cuando se privatizó la distribución, la CDEEE se quedó con la transmisión porque era rentable, con lo que mantuvo su fuerte incidencia en el sector. Ahora también es dueño de dos distribuidoras y está invirtiendo más de mil millones de dólares en dos nuevas plantas de carbón.

Por otro lado, las distribuidoras privadas, nunca cumplieron sus compromisos contractuales, porque les convenía mas recibir el subsidio del Gobierno que poner contadores a cientos de miles de hogares y tener que cobrarles. Sustituyeron todos esos contadores por uno solo. Y así sigue hoy. 

Los contratos con algunos generadores fue otro absurdo. Resultó que a éstos también les convenía más cobrarle al Gobierno sin generar, que prender ocasionalmente las plantas cuando le hacían un abono a la deuda.   

Por su lado, la mayoría de los usuarios, acostumbrados durante 30 años a pagar la luz más cara del mundo, pero sin poder disfrutarla, optaron por robársela. 

Con estos antecedentes, nos encontramos con un sistema eléctrico donde nadie le paga a nadie,  nunca se concilian las deudas y nadie es responsable de los apagones. El Gobierno acusa a las distribuidoras, éstas a los generadores y estos a las distribuidoras. Pero cuando se reúnen los tres, acusan de la crisis a los que cometen fraude.

Aunque usted no lo crea, el equilibrio financiero del maltrecho sistema eléctrico está sustentado desde hace tiempo en los apagones y en el subsidio, donde las deudas del Gobierno ya rondan los 600 millones de dólares, sin contar lo que se esconde detrás de las cortinas. Pero las deudas de todo el sistema rondan los 2 mil millones de dólares, cifra que supera cualquier posibilidad de solución. A esto se suma una tarifa abusiva, la práctica de comprar en el mercado spot y vender al precio de Madrid, los registros contables fraudulentos sobre la energía suministrada, la frecuente caída del sistema por falta de combustibles y el alarmante robo de electricidad, entre otras muchas barbaridades. 

Si usted quiere disfrutar de un espectáculo que supere el de Freddy, Cuquín y Boruga, sin ir al Maunaloa y pagar entrada, asista a una reunión del sector eléctrico. Cuando era secretario de Finanzas asistí a un centenar de ellas.

Todos cuentan chistes graciosísimos, porque en el fondo nadie en el sector quiere que el problema se solucione.  ¿Y saben porqué? Porque con la crisis todos ganan. La CDEEE, haciéndose imprescindible para seguir controlando el sector. Las empresas, ordeñando financieramente al Estado sin esforzarse en cobrar o producir. Y los consumidores, robándose la luz o recibiéndola gratis. Aquí se descarta por insignificante, un pequeño grupo de pendejos que apenas recibe luz en su casa, pero que pagan la que reciben miles que se la roban.

Ahora usted se preguntará ¿Tiene solución el problema eléctrico? Siendo optimista, la respuesta es no en los próximos 50 años. Pero los economistas tenemos una forma especial de solucionarlo todo rápidamente, usando ciertos supuestos. Por ejemplo, supongamos que monseñor Agripino resucita el Diálogo Nacional y mediante la hipnosis colectiva convence a todos de aprobar y ejecutar el siguiente plan:

1. Se declara al sector eléctrico en emergencia nacional y entra en vigencia la ley que declara como criminal el fraude eléctrico. Condenan a varios inculpados.

2. Se modifica la ley vigente y se eliminan las restricciones a los inversionistas en cuanto al capital que pueden invertir en distribución, generación y transmisión.   

3. Se privatiza el sistema eléctrico completo, incluyendo el edificio de la CDEEE, con accesoria del Banco Mundial. El INDRHI asume el manejo de las presas y la venta de energía hidroeléctrica.

4. Se modifica el reglamento de la SIE, y se toman las primeras medidas fuertes contra algunos agentes del sector.  

5. Se deja inmediatamente sin efecto el acuerdo de Madrid y se contratan dos firmas de abogados internacionales porque el pleito será largo y tendido. El Mercado spot fija los precios. 6. Se reduce a 300 millones de dólares al año el subsidio a los barrios pobres, donde se ligan mansos con cimarrones, siendo estos últimos los más beneficiados.

7. El suministro de energía gratis se reduce a no más de 8 horas al día. Cada año el subsidio se reducirá en un 20%.

8. Con la venta de los activos, y la reducción del subsidio, se crea un Fondo de Emergencia Eléctrica (FEE) por 500 millones de dólares, que se utilizarán para pagar gradualmente las deudas pendientes con el sistema eléctrico y la renegociación de los contratos con los IPP.

9. Los nuevos inversionistas del sistema, obligados por los contratos, comienzan a instalar contadores, digitales y sustituir los viejos en todos los hogares dominicanos. Consumir energía sin contador, sería criminal (El FEE subsidia el contador a los pobres).

10. Se contrata una compañía privada que administra el Fondo y hace el seguimiento del plan.

11. Un equipo entrenado protege a los empleados que detectan fraudes y otro equipo protege a los supervisores de esos empleados, porque aquí todo el que se robe la luz tiene que lamentarlo el resto de sus días.

En el 2010 tendremos el problema resuelto para siempre. Qué bonito, verdad. Pero despertemos del sueño y olvidémonos de los supuestos para volver a la triste realidad. Pues, como le venía diciendo y recordando a Rodriguito, cuando la trágica muerte del sector eléctrico sea anunciada, su epitafio dirá: la vida  no se detiene, prosigue su agitado curso, aún en la oscuridad.  

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