París. EFE. Marchand Drapier, una firma francesa familiar, y otra defensora de una moda sostenible y ecológica, la austríaca House of the very island, pusieron ayer punto final en París a las jornadas de moda masculina para la primavera-verano 2010. Heredera del imperio textil asentado en Toulouse (sur), Marchand Drapier entró en el calendario de las grandes marcas internacionales como un desafío, para proponer una moda elegante y construida sobre una materia prima de excelente calidad. Modisto y heredero de la ilustre estructura comercial que ayer dio un nuevo giro, Benoit Carpentier explicó a Efe que esta pequeña empresa quiere acercarse a todo tipo de clientes, incluidos los de 60 años o más, amantes de una elegancia atípica. Una moda no sólo para los jóvenes, como los que la lucen sobre la pasarela ni tampoco para víctimas de la moda, resaltó Carpentier, poco después de haber recibido, junto a su esposa Émilie, los aplausos y ovaciones del público.