La presencia de una alta tasa de embarazos en adolescentes en la República Dominicana es uno de los problemas señalados como acuciantes desde distintos medios, instituciones, comunidades y centros educativos.

El embarazo en la adolescencia se analiza regularmente en el país desde sus causas y consecuencias con una mirada reducida a un solo actor, las adolescentes embarazadas, con escasa identificación del perfil de los que embarazan y sus motivaciones.

Puede leer: Los abusos sexuales y su silencio

En estudios cualitativos y etnográficos realizados en distintos territorios del país que incluyen entrevistas e historias de vida a hombres y adolescentes (Ramírez y Vargas/Conapofa/2008), (Vargas/Fundación Abriendo Camino 2014) (ONE 2016) (Vargas/Plan RD 2020) (Vargas/Profamilia 2019) se indagan distintos aspectos socioculturales entre los que se encuentra el embarazo no-deseado tanto desde la población femenina como masculina. En estos estudios se encuentran muchos casos de hombres y padres adolescentes que tienen hijos e hijas de madres adolescentes. En la mirada a las motivaciones presentes en ellos para embarazar a una adolescente encontramos los siguientes elementos:

Visión del embarazo en adolescente como un problema de “la adolescente” que se embarazó y no de ellos que embarazaron.
Identificación de la sexualidad masculina despojada de autocontrol y prevención de embarazos.
Carácter espontáneo y no-planificado de las prácticas sexuales.
Ausencia de orientaciones de prevención para no-embarazar a adolescentes desde la población masculina .
“A mí no me han hablado nada sobre no preñar, ni qué hacer”
Acoso sexual continuo hacia “menores” para que accedan al sexo.

Las causas y motivaciones que tiene la población masculina para embarazar a adolescentes están marcadas por los patrones culturales patriarcales que favorecen al descontrol y al ejercicio de poder masculino sobre el cuerpo de las adolescentes y mujeres.

El imaginario cultural que domina las relaciones entre población masculina y femenina en nuestra sociedad despoja al hombre y adolescente de su responsabilidad en la prevención de embarazos no deseados tanto en población adolescente como adulta y culpabiliza de forma exclusiva a la adolescente que se ha convertido en “un problema” tanto en los centros educativos como en las comunidades provocando su exclusión y aislamiento. Esta problematización del embarazo en la adolescencia no toca las raíces estructurales del fenómeno en toda su magnitud.

Los mensajes alrededor del embarazo en la adolescencia deben integrar el concepto de “embarazar” y eliminar “se embarazó”. Igualmente se necesita incluir en las estadísticas la mirada a la responsabilidad masculina en el embarazo adolescente, es importante conocer el porcentaje de hombres que han embarazado a una adolescente y las edades, además del promedio de hijos e hijas que tienen los hombres en nuestro país y de cuantas parejas.