La encíclica del papa sacude el polvo de la “deuda ecológica” de EEUU

La encíclica del papa sacude el polvo de la “deuda ecológica” de EEUU

Washington. La voz de alerta del papa Francisco en su primera encíclica, dedicada al impacto del cambio climático, llega a EEUU, cuyos esfuerzos por reducir sus prácticas de impacto en la naturaleza aún son insuficientes para saldar una “deuda ecológica” controvertida en los círculos políticos.

Pese a que el presidente estadounidense, Barack Obama, ha mostrado en diversas ocasiones su preocupación por el calentamiento global, Estados Unidos sigue siendo el país que más emisiones de efecto invernadero lanza a la atmósfera, una cifra que en el año 2013 se incrementó un 2% respecto a 2012, según datos oficiales.

Pero las políticas de reducción de gases en la primera potencia económica del mundo encuentran en las grandes empresas y entre los más conservadores duros opositores que, incluso, niegan que la actividad humana sea la causante del deterioro de los recursos naturales.

Mientras Obama aplaudía al pontífice por abordar el asunto en su encíclica “Laudato si’” (“Alabado seas»), publicada el pasado jueves, el precandidato a la Presidencia del país por el Partido Republicano Jeb Bush, que incluso profesa la fe católica, aseguraba que él no acude a la iglesia para escuchar cómo debe regirse la política.

Sin embargo, el empuje “verde” del papa ha tenido una buena acogida entre los sectores de la Iglesia católica estadounidense, quienes en su mayoría no tardaron en aplaudir las palabras del pontífice. “Vamos a tratar de divulgar los temas de la encíclica a través de sugerencias para las homilías de los sacerdotes en las iglesias, anuncios en los boletines parroquiales y artículos que aparecerán en los medios de la Iglesia Católica”, explicó a Efe el arzobispo de Miami, Thomas Wenski, uno de los más comprometidos con el tema desde hace años.

Wenski insiste en que el hecho de que el papa haya puesto el tema en la esfera pública puede colocarlo “más allá de las líneas políticas en la sociedad de hoy”, y que aquellos que marcan las pautas y toman las decisiones “atiendan a sus palabras de una forma práctica». El arzobispo de Miami subraya la importancia de que las palabras del pontífice vayan más allá de la ciencia y reflejen el impacto que está teniendo el cambio climático en los más pobres. “Los pobres se ven más afectados por el cambio climático que los ricos y son menos responsables de las causas que lo están provocando. (…) La encíclica tendrá un recorrido muy largo, queda como parte de la enseñanza social de la Iglesia, y ayudará a tratar de lograr cambios”, reitera Wenski.

El arzobispo coincide con asociaciones ecologistas como Sierra Club, cuyo presidente, Michael Brune, consideró que la encíclicad subraya la necesidad de actuar “no solo para proteger el medio ambiente, sino también a la humanidad y a las comunidades más vulnerables de la sociedad, incluyendo millones de hispanos en Estados Unidos».

Además, el papa Francisco visitará el próximo septiembre Estados Unidos, donde recorrerá las ciudades de Nueva York, Washington y Filadelfia y tendrá también oportunidad de divulgar el mensaje que esta semana ha lanzado al mundo ante los legisladores estadounidenses, a quienes se dirigirá en una sesión conjunta en el Congreso.

Precisamente a su llegada, el debate sobre el cambio climático volverá a abrirse entre los congresistas estadounidenses, ya que se espera que para entonces se presente un plan de energías limpias planteado por la Casa Blanca ,que pretende obligar a los estados a reducciones específicas de emisiones.

Dadas las competencias de los estados en el país, el debate al respecto está garantizado, sobre todo en aquellos gobernados por los republicanos más escépticos y negacionistas sobre el impacto del calentamiento que sufre el planeta. Sin duda, el papa Francisco se enfrentará en Estados Unidos a muchos escépticos que no están dispuestos a dar su brazo a torcer respecto al cambio climático. Pero sin duda también, la excepcionalidad de la “Laudato si'» supondrá un antes y un después en la conciencia ecológica, también en Estados Unidos. EFE

Publicaciones Relacionadas

Más leídas