La enfermedad del escaparate, un mal que afecta más a los hombres

La enfermedad del escaparate, un mal que afecta más a los hombres

Efe Reportajes. Contemplar a una persona mayor parada ante un escaparate nos parece lo más natural del mundo, pero en muchas ocasiones no lo hace por capricho, sino porque se ve obligada a detenerse a causa de unos dolores insufribles en las piernas que le impiden caminar. Los médicos denominan este síndrome, popularmente conocido “enfermedad del escaparate”, isquemia crónica de miembros inferiores (ICMI).

Estos dolores aparecen también descritos en los protocolos clínicos como “claudicación intermitente”. Se trata de una afección que suele presentarse a partir de los 55 años de edad, más en hombres que en mujeres, y que se origina como consecuencia de una falta de riego sanguíneo en una de las dos piernas, y a veces en ambas.

La disminución del flujo de sangre como consecuencia de la ICMI afecta  los gemelos (músculos de la pantorrilla) y, en consecuencia, impide caminar. La persona afectada debe detener sus pasos hasta que los miembros inferiores vuelvan a recibir el riego sanguíneo necesario para poder avanzar.

Calambres dolorosos.  José Manuel García Moreno, neurólogo del hospital Virgen Macarena, de Sevilla, explica que la claudicación intermitente se caracteriza por “la presencia de calambres dolorosos en las pantorrillas o pies después de haber andado un trecho variable”.

“Es como una angina del esfuerzo y por eso se le ha llamado también ‘angor cruris’ -agrega el experto-. Existe una enfermedad del escaparate de origen medular -advierte-, que se distingue del verdadero síndrome en que no presenta dolor, sino paraplejia intermitente, que obliga al paciente a detenerse para evitar caerse”.

A partir de entrevistas con distintos pacientes afectados por este problema, el doctor García Moreno revela que éstos utilizan el recurso de parar ante un escaparate como “estrategia social”, aunque en otras ocasiones no les queda otro remedio que apoyarse donde puedan.    

Luis Franco, especialista en angiología y cirujano vascular, indica que en España se calcula que alrededor de 1.6 millones de personas están afectadas por algún tipo de enfermedad vascular periférica, en la que está encuadrado el “síndrome del escaparate”.

También advierte que en etapas más avanzadas de la enfermedad, “el paciente puede presentar dolor incluso en reposo y posteriormente aparecer lesiones isquémicas en forma de úlceras y gangrena en la piel de los pies”.

Desde el punto de vista fisiológico, la claudicación intermitente se genera como consecuencia de la falta de oxígeno suficiente en las extremidades inferiores. El oxígeno sirve para quemar la glucosa necesaria para que la actividad muscular no se resienta. Sin embargo, a partir de los 55 años, las arterias comienzan a convertirse en una especie de tubos rígidos y estrechos, como consecuencia de una degeneración provocada por causas diversas, lo que impide el flujo sanguíneo normal para que el oxígeno llegue a las piernas.

Arteriosclerosis y diabetes.  Según informó a Efe Reportajes la Sociedad Centro de Angiología y Cirugía Vascular (SCACV), las causas principales por las que las arterias se endurecen o se estrechan son la arteriosclerosis y la diabetes. No obstante, el tabaquismo, los niveles elevados de colesterol, un estilo de vida sedentario y la herencia genética también tienen que ver con esos procesos.

Aunque resulta difícil prevenir este síndrome, la SCACV recomienda prestar mucha atención a una serie de síntomas como la presencia de dolor al tumbarse en la cama que se alivia al levantarse; cambios en la coloración de los pies; piernas brillantes y sin pelo; debilidad y engrosamiento de las uñas y extremidades frías tanto en invierno como en verano y a pesar de tenerlas abrigadas.

La alerta máxima se recibe cuando aparecen úlceras o heridas en los pies, que son síntoma de una falta extraordinaria de riego y que deben tratarse.

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Salvar la pierna 

Cuando el ejercicio no basta para recuperar al menos parcialmente el riego sanguíneo de las extremidades inferiores, hay que recurrir a los tratamientos farmacológicos como los antiagregantes que evitan que las plaquetas se depositen en las arterias estrechas aumentando la obstrucción.  En los últimos años ha sido muy usada la Pentoxiflina, un fármaco que actúa sobre los glóbulos rojos para que éstos sean más flexibles y puedan atravesar con más facilidad los estrechamientos arteria, indica la investigación.

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