La entrevista y la reelección

La entrevista y la reelección

Últimamente escribí sobre política internacional. Suspendo esa serie analizando la entrevista presidencial, que debió realizarse con directores de medios. Hace tiempo don Pepín Corripio expresó: “…la Sociedad de Diarios lo que quiere es que se establezcan ruedas de prensa periódicas para hablar”.
Impresionó Danilo abordando el Síndrome del Nido Vacío (SNV). Sabemos qué es eso. Danilo puede superarlo, airoso, pensando que oportunamente tendrá nietos. Mientras llegan, podría aplicarse una terapia infalible: adoptar un perro. Mis SNV los superé con un bull dog inglés, Lord: me hizo feliz y me espera en otra vida. Balaguer, hasta en días aciagos tuvo a su lado su perro, que nunca lo abandonó.
Siguiendo estratégicamente la publicitada lista de supuestos 48 Grandes Logros Danilo, entrevistado, no mencionó la innombrable. Siendo históricamente el proyecto más costoso resulta patético que Danilo lo ocultara. En la lista, la innombrable no ocupó el número 1, sino el 28. En el número 26 aparecen 216 visitas sorpresas, para 1,636 proyectos, invirtiendo treinta y cuatro mil millones de pesos. Danilo corrigió diciendo: son 1,800 proyectos. la innombrable, proyecto único, irrepetible, nunca ha sido visitado por Danilo, ni sorpresiva ni programadamente, aunque sus tres mil millones de dólares representan, hasta ahora, ciento cincuenta mil millones de pesos, muchas veces lo gastado en visitas sorpresa. Danilo gasta millones diariamente anunciando la innombrable, pero teme mencionarla, desdeñando conocidas pautas de comportamiento: “El interés es la medida de la acción” y “el precio es la medida del aprecio”. Absurdamente, a su proyecto de mayor precio no le muestra aprecio. Actúa mostrándole desinterés, creando una nebulosa de amnesia acomodaticia.
Danilo es omnipotente manejando el presupuesto. Quienes gozan de la ambrosía del poder lo consideran divino, sobrenatural. Aparentemente Danilo actúa como un dios. Como Jano, dios mitológico romano, con dos caras mirando hacia ambos lados de su perfil. Una cara es el rostro de Danilo, inmortalizado en bustos patrióticos; otra cara es la innombrable. Girando la cabeza aparece, indeseablemente, el rostro de la innombrable. Sin sofisticaciones intelectuales, Danilo y la innombrable son inseparables, dos caras de una misma moneda, como “chele” del trujillismo, con escudo y “palmita”. No pueden desvincularse entre sí.
Cuando Caracoles, Bosch fue injustamente atacado diciéndole: “Al Profesor le está saliendo el muerto”. Airosamente Bosch demostró que no tenía nada que ver en esa desafortunada acción. A “sotto voce”, se comenta: A Danilo le sale la innombrable por todas partes, hasta en su reelección, subliminalmente anunciada en su entrevista.
Los dominicanos debemos luchar sin tregua para evitar que Danilo, zorruno, pase siete meses “amarrando la chiva”, comprando voluntades con dinero presupuestal, pretendiendo tomarnos desprevenidos con el hecho cumplido de su repostulación, violando la Constitución nuevamente, sin capacidad de respuesta ciudadana.
Johnson, incalificable para mi generación, distorsionó el desarrollo democrático dominicano invadiéndonos en 1965. Sin embargo, aprobando la trascendental Ley de los Derechos Civiles, que él promovió luego de morir Kennedy, merecería un sitial político preclaro frente a ciudadanos americanos. En cambio, por más recursos bélicos que dedicó, no triunfó en Vietnam. Westmoreland pedía cada vez más soldados y material guerrero, pero no lograba avances. Abrumado por el rechazo a la guerra Johnson, aunque no tenía prohibición constitucional para reelegirse, se retiró dramáticamente: “Yo no creo que debo dedicar ni una hora, ni un día de mi tiempo a asuntos políticos personales, a otras tareas que no sean las terribles labores de mi puesto. Por tanto, no buscaré ni aceptaré la nominación de mi partido para otro período presidencial”.
La innombrable es el Vietnam de Danilo. Así debe reconocerlo. Mientras más pronto anuncie que no va a violar nuevamente la Constitución y no va a repostularse, mejor para todos: para él, su partido, y el país. Expresa Raymond Aron: “La estabilidad política depende de la disciplina de las ambiciones”.
Si Danilo, siguiendo la doctrina estatizante de la innombrable, se hubiera dedicado a sembrar plátano, arroz y habichuela, a criar puercos y vacas y montar embutidoras, queserías, pasteurizadoras lecheras, panaderías y cocinas de propiedad gubernamental, la ineficiencia pecaminosa impediría repartir alimentos en tanda extendida. Danilo fracasó con su nueva reelección y con la innombrable, rechazando comprar energía de bajo costo a generadoras privadas a base de gas natural, sin que el Estado aumentara en tres mil millones de dólares la inconmensurable deuda externa.

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