La era de las cabezas redondas

La era de las cabezas redondas

Del 80 al 90% de la población mundial mayor de 40 años, llegó a este mundo mediante el proceso fisiológico llamado parto.

La vía vaginal o canal del parto femenino, está compuesta por tejidos blandos y huesos que se conocen globalmente como la pelvis, de la cual existen cuatro tipos de acuerdo a su arquitectura, siendo la más apropiada para el parto la llamada ginecoide; las otras tres, platipeloide, antropoide y androide es más frecuente que den origen a trastornos en el curso del parto y que muchas veces, como consecuencia de la compresión ósea sostenida en los llamados “partos difíciles”, amoldan los cráneos de los fetos y dan origen a cabezas con prominencias antero-posteriores, laterales o mixtas que le dan aspecto asimétrico.

Hace aproximadamente dos décadas, la elevación del índice de cesáreas ha sido tan alarmante que ya no es frecuente ver cabezas “moldeadas” por los partos; los jóvenes de hoy tienen cabezas redondas, como globitos tridimensionales casi exactos, evidenciando que son provenientes de cesáreas y no de partos.

Si es cierto que las experiencias humanas desde la concepción condicionan un comportamiento psicológico en la adultez y que existe correlación entre los eventos alrededor del nacimiento y la conducta, como tema de tesis,  por el cual no reclamaremos derechos de autor ni acusaremos de plagio, proponemos una investigación para saber si esta carrera “cesarista” está teniendo consecuencias favorables o no en el devenir de la humanidad, porque ya nadie puede negar que estamos en los tiempos de los “cabezas redondas” porque ni la ciencia ni la tecnología han vencido la fiebre actual por la costosa, deslumbrante y cosmética cesárea.

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