La era del petróleo barato se acabó

La era del petróleo barato se acabó

M. DARÍO CONTRERAS
Los países como la República Dominicana, que son pobres y no tienen reservas de petróleo, deben sentirse hondamente preocupados por la escalada hacia arriba de los precios del petróleo y sus derivados. En primer lugar, porque ya será difícil que los precios del “oro negro” desciendan a los niveles de hace unos años. La principal razón es que ya se está produciendo prácticamente al máximo de las reservas explotables económicamente, es decir, reservas que pueden extraerse con la actual tecnología en forma relativamente fácil.

Se predice que para alrededor del quinquenio del 2010-2015 se habrá llegado al límite o pico de la actual producción mundial del crudo y, que de mantenerse la actual demanda, entonces se comenzará a sentir la verdadera escasez de este vital recurso no renovable. Esto, por supuesto, ha de disparar los precios del barril a cifras que sobrepasarán con creces los US$100. Además, los países exportadores de petróleo quieren aprovechar lo que les queda de reservas y por tal razón mantendrán sus precios altos, por encima de los US$50 o US$60.

Entre Norte, Centro y Sur América tenemos el 15% de las reservas mundiales del petróleo que puede extraerse económicamente, mientras que los países del Medio/Cercano Oriente controlan las dos terceras partes (65%). El recurso petróleo ha sido fuente de conflictos por ser un bien geopolítico de primer orden. Actualmente es una de las principales causas por la que se lucha en Irak y no sabemos con certeza hacia dónde nos ha de conducir la violencia que impera en el Cercano Oriente. Los países árabes, al igual que las otras naciones con apreciables reservas del oro negro, saben que sus días están contados hasta que la tecnología encuentre alternativas económicas de reemplazar la dependencia de esta fuente de energía. Mientras tanto, se impone reducir el consumo significativamente del uso del petróleo y fomentar un agresivo programa de búsqueda de fuentes energéticas alternas. Entre estas alternativas se encuentra la energía nuclear, que en el año 2005 aportaba el 17% de la energía eléctrica mundial generada. Sin embargo, países como Francia utilizan plantas nucleares para generar un 78.1% de su demanda eléctrica, siendo el de mayor dependencia de la energía nuclear. Otros países son: Japón (29.3%), España (22.9%), Estados Unidos (19.9%), Argentina (8.2%), México (5.2%), Brasil (3%), India (2.8%) y China (2.2%).

Tanto la China como la India se señalan como las futuras grandes potencias mundiales por su acelerado crecimiento y demanda de materias primas, especialmente del petróleo. La India tiene en construcción ocho plantas nucleares y China dos, de las 24 que se construyen actualmente (final del 2005). Argentina construye una  planta nuclear y lidera a la América Latina en plantas nucleares. Estos países, al igual que Rusia (construye 4), se han trazado la meta de sustituir el petróleo en la generación de electricidad. El petróleo, sin embargo, es vital para movilizar el transporte de carga y pasajeros, además de ser la materia prima principal para producir los petroquímicos, los agroquímicos, los plásticos y las pinturas industriales. Todos estos productos, al igual que la gasolina, el diesel oil, el fuel oil, el asfalto, el GLP (gas propano), los aceites lubricantes, el kerosene, la parafina y el alquitrán son derivados de ese “oro negro” del que tanto dependemos.

¿Desde cuándo se viene hablando y debatiendo el tema de las fuentes alternas de energía en la República Dominicana para librarnos de la gran dependencia del petróleo? ¿Qué hemos hecho al respecto? Casi nada. Al contrario, hemos continuado construyendo plantas eléctricas que funcionan con petróleo. ¿Y qué del etanol de la caña de azúcar? Brasil tiene 30 años utilizando este derivado de la siembra de su caña de azúcar y hoy día, más de 2.5 millones de automóviles se mueven solo con etanol, y toda la gasolina que se vende en las 30.000 gasolineras de Brasil contiene 25% de etanol. La sustitución de la gasolina por el etanol ahorró 60,700 millones de dólares entre 1976 y 2004, o 121,300 millones de dólares si se tiene en cuenta lo ahorrado por concepto de intereses. Brasil introdujo automóviles flexibles desde el punto de vista del combustible, capaces de funcionar con esta gasolina mezclada o etanol puro; sólo dos años después representaban la mitad de la producción de automóviles del país. Aquí lo que hemos logrado en todos estos años es aniquilar prácticamente la industria de la caña de azúcar. ¿Dónde está nuestro sentido del ahorro?  ¿Hasta cuándo, dominicanos?

Así como no ahorramos lo suficiente, también dilapidamos nuestros recursos por nuestra falta de planificación y ausencia de continuidad por no disponer de la institucionalidad necesaria. Si sumáramos las pérdidas ocasionadas por los pésimos servicios de salud, electricidad, agua potable y transporte público que brindamos, la cifra sería de tal magnitud que ningún país inmensamente rico se daría el lujo de tolerarlo. Es más, por menos de eso se han producido cambios de gobiernos violentos en algunos países hermanos de nuestro continente. Si bien la lucha contra la pobreza, la desigualdad, la criminalidad y la corrupción deben mantenerse en un alto sitial de la agenda nacional, si no atacamos con vigor, desde ya, el tema de la carestía del petróleo, de poco o nada habrá valido conquistar los otros logros, pues caeremos simplemente en la indigencia y tendremos que vivir de la caridad pública internacional, tal como en aquellos tiempos de la colonia con los famosos situados que recibíamos de Nueva España (México). Y quizás, como dicen los que afirman que la historia se repite, volveremos a convertir a la fabricación del casabe en la industria nacional, como en aquellos aciagos días del siglo XVII.

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