La economía china es la segunda del mundo avanzando, mucho más temprano que tarde, a convertirse en la primera; es responsable del 30% del crecimiento global y, además, líder exportador. A pesar de su imponente incidencia comercial, en yuan solo se contabiliza, hoy, el 10% de las transacciones globales.
Más allá del peso innato que va adquiriendo la moneda china, Beijing ha comenzado desde hace 5 años a reforzar la importancia mundial de su moneda. Curándose en salud, ante una eventual embestida contra el valor de su moneda, las autoridades promueven acciones para reforzar su presencia internacional, muy marginal todavía como moneda de reserva.
El nacimiento del petroyuan se registró en 2017 cuando el Banco Popular de China y el Banco Central de la Federación Rusa acordaron realizar las transacciones bilaterales de petróleo en la moneda china con la que esta inició su conversión como petrodivisa. China desde hace un tiempo paga en su moneda el petróleo, además de a Rusia, también a Irán y Venezuela. En la reciente reunión de Xi Jinping con las naciones del Consejo de Cooperación del Golfo -Arabia Saudita, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Catar y Omán- el líder chino los invitó a transar petróleo y gas en yuanes utilizando la plataforma de la Bolsa de Petróleo y Gas Natural de Shanghái. Como contraparte, China, que importa el 25% de su petróleo desde Riad, se comprometió a incrementar sus compras de petróleo y gas natural licuado y profundizar su cooperación en la exploración y extracción de sendos recursos. El reino saudí se encamina a recibir pagos en yuan.
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Las transacciones en yuan abaratarían los costos y una energía más barata en China atraería aún más inversiones.
La decisión china de fortalecer su moneda e insertarla internacionalmente se refleja en la compra, hace solo dos meses, de 32 toneladas de oro para reforzar el valor y respaldo de la misma.
Algunos hablan de desdolarización y fin del predominio absoluto del dólar y, ciertamente, es una tendencia que viene registrándose. Las reservas totales de divisas de las naciones miembros del FMI eran en 2000 del 72%, en marzo de 2020 habían caído a 61,99% y en septiembre de 2021 representaban un 59 por ciento globalmente.
La aparición del euro dio un empujón a ese proceso representando un 20% de las reservas globales, pero ello no es gran preocupación en EEUU por ser países aliados. Sin embargo, el petroyuan tiene una carga de insomnio importante.