La era

La era

Eliades Acosta Matos es oriundo de la ciudad de Santiago de Cuba, como lo fueron Antonio y José Maceo, dos titanes de bronce de la independencia cubana; es santiaguero como también el padre de los soneros Compay Segundo y María Grajales, la luchadora independentista y madre de los Maceo, hija –además- de padres dominicanos.
A Eliades le conocí una buena mañana de ajetreos oficiales en La Habana. No pudo ser otro lugar el punto de encuentro: era entonces director de la Biblioteca Nacional José Martí, que dirigió por diez años (1997-2007).
Filósofo, ensayista, pedagogo, escritor y activista cultural. De su extenso currículo vitae se desprende una definición que se ajusta a la verdadera vocación de este cubano residente en Santo Domingo: estudioso.
Para conversar con Eliades, que lleva en su ser una preocupación tan profunda por el dato y el aprendizaje, hay que habilitar espacio en la memoria para recibir datos, que fluyen a borbotones de la suya. En su última etapa de la acertada dirección en la Biblioteca José Martí, Eliades recibió al entonces presidente Leonel Fernández.
De intelectual a intelectual, la conversación entre Fernández y Acosta Matos en esa visita a la Biblioteca José Martí fue fecunda; preguntas y respuestas inteligentes, una conversación que discurría con la espontaneidad y la libertad con la que el cielo derrama lágrimas para comunicarse con los mortales que poblamos este planeta. Desde aquella ocasión, conozco a un hombre de un gran interés en los temas dominicanos, especialmente sobre el dato inédito de la dictadura Rafael L. Trujillo Molina.
La conversación sobre la dictadura dominicana se extendió. Se habló sobre los vínculos de Trujillo con el también dictador Fulgencio Batista. Eliades sorprendió al doctor Fernández con un regalo peculiar: el libro “Los criminales de Cuba”, escrito por D. José Trujillo Monagas, abuelo paterno del dictador dominicano y quien se desempeñó en el Servicio Secreto cubano. Desde hace unos años, Eliades es acogido en nuestra Patria, como lo fue en su momento Máximo Gómez en Cuba.
Dedica su tiempo a trabajar con el Archivo General de la Nación, cuyo director, doctor Roberto Cassá, le abrió los documentos de la historia dominicana, oportunidad que ha aprovechado Eliades, como investigador asociado, para consagrarse en desenterrar el dato perdido en cartas, oficios, memorándum y testimonios que el Archivo guarda.
Su consagración a la investigación histórica, a contra corriente de lo que el destino le pone por delante probando su reciedumbre, lleva a Eliades -que sabe honrar la amistad- a editar 11 volúmenes y cinco títulos de la historia de nuestro país.
La más reciente publicación de Eliades, “La Era”, recoge 40 relatos aparecidos en Diario Libre, donde el escritor logra una simbiosis entre realidad y ficción, que alcanza a tejer con una fuerte prosa, clasificada en el género novela histórica y cuyo prologuista, el maestro Diógenes Céspedes, destaca cómo el autor narra los abusos de poder, la explotación, el cinismo, la insensibilidad, la abyección de algunos personajes públicos, la deslealtad y la venganza, como signo distintivo de aquel régimen.
“La Era”, novela puesta a disposición del público desde la pasada semana, es un gran aporte que este filósofo de profesión y escritor apasionado, hace a nuestro pueblo, pues como se ha dicho, “amor con amor se paga”. Eliades Acosta Matos, entre dificultades y momentos felices de su vida, construye un monumento al conocimiento, guiado por el pensamiento martiano que reza:
“Ser culto es el único modo de ser libre. Ser bueno es el único modo de ser dichoso”.

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