La escabiasis o sarna humana

La escabiasis o sarna humana

La sarna humana es una afección parasitaria causada por un ácaro llamado Sarcoptes scabiei hominis. Es frecuente en personas que viven hacinadas y en condiciones inadecuadas de higiene

Se transmite frecuentemente por contacto directo, sobre todo en horas de la noche, debido a que las hembras fecundadas del parásito son noctámbulas y pasan de una persona a otra durante la noche. La transmisión también puede hacerse a través de las larvas que habitan en la superficie cutánea.

El prurito es el síntoma que casi siempre hace consultar al enfermo. Aparece sobre todo durante la noche, por lo que se intensifica en la cama, dificultando el sueño.

En la escabiasis aparece una erupción formada por lesiones causadas por el rascado (excoriaciones) y por surcos, vesículas y pápulas ocasionadas por el desplazamiento del ácaro a través de la piel y por la reacción inflamatoria ante su presencia.

Los lugares del cuerpo donde predominan las lesiones son los espacios interdigitales, caras laterales de los dedos, codos, muñecas, axilas, área alrededor del ombligo, pene y nalgas. En los niños es frecuente que las palmas y las plantas presenten lesiones.

En enfermos de Síndrome de Down, personas con trastornos mentales, deficiencias nutricionales y en quienes padecen de inmunosupresión (SIDA, diabetes, leucemia, tratamiento con corticoesteroides, entre otros), se presenta una forma muy agresiva de la enfermedad y de difícil tratamiento, conocida con el nombre de “sarna noruega”. Esta variedad de la sarna es producida también por el Sarcoptes scabiei hominis y caracteriza por lesiones costrosas duras que recubren extensas áreas de piel y que, a diferencia de la sarna común, afectan cara y cuero cabelludo.

[b]TRATAMIENTO[/b]

El medicamento de elección es el hexacloruro de gamma benceno en crema o loción. La persona afectada se da un baño jabonoso, seguido de la aplicación del medicamento en toda la superficie cutánea, excepto la cara. Seis a doce horas de la aplicación, se da un nuevo baño y se pone ropa limpia. La usada, así como las sábanas, se lavan con agua caliente y jabón. Los colchones deben sacarse al sol. El tratamiento debe repetirse por dos o tres noches consecutivas.

El prurito puede continuar aún después del tratamiento, debido a causas nerviosas, irritación producida por el medicamento, o fracaso de la terapéutica empleada.

En asilos, orfanatos, campamentos, así como en otros lugares donde existen habitaciones comunes, es necesario mantener una higiene adecuada (baño diario, lavado frecuente de sábanas, buena ventilación), para evitar la aparición de la sarna.

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