Terminamos el artículo anterior, señalando cómo las escuelas de publicidad de las diferentes universidades privadas habían rebasado a la de la estatal Universidad Autónoma de Santo Domingo. Prometíamos continuar hoy el análisis del fenómeno.

Efectivamente, con el paso de los años, los profesores de la UASD, sus autoridades, no se cruzaron de brazos. Luis José Pimentel, Sterling y otros que habían estado en contacto con las grandes publicitarias internacionales con sucursales en el país Young and Rubicam, Foot Cone and Belding, Leo Burnett, McCann Erickson, J. W. Thompson y otras empezaron un movimiento de actualización, o más bien, una verdadera revolución académica, tecnológica, filosófica.

De ese modo, el marketing penetró a la Universidad que fundara el papa Paulo III en 1538, la más antigua de América. Los criterios modernos comenzaron a ser tomados en cuenta. Se organizaron ferias de marketing donde los estudiantes proponían fórmulas creativas y conceptos estratégicos acordes con las últimas tendencias del mundo creativo y comercial moderno.

En conjunto con ello, vino ese gran logro que fue la creación de la Facultad de Artes, ya independiente de la antigua Facultad de Humanidades la más vieja de las facultades de la UASD , y su nuevo edificio, sus nuevos criterios, nuevos currículas, inyección de profesores que le dieron sangre nueva a las carreras de la misma, entre ellas la de Publicidad.

Hay que dar aquí especial reconocimiento a Roberto Reyna, que dio un gran impulso a la lucha por el surgimiento de dicha facultad, primero cuando aspiraba a la vice rectoría académica y luego ya desde el puesto de vice rector académico, le dio calor y vida.

Pues hoy la escuela de publicidad de la UASD está a la altura de las más desarrolladas del sector privado. Eso lo he podido comprobar en mis contactos con los profesores, en mis visitas a la misma, y más recientemente cuando quedé sorprendido por la alta calidad en estrategias de marketing comunicacional con que hicieron una Feria de la Publicidad. El impacto, las innovaciones tecnológicas, empleando los recursos del moderno photoshop, de las riquezas que nos llegan a través del internet, el mundo computacional y la actualización que les ha dado el contacto directo con el mundo publicitario profesional; todo eso ha puesto de la escuela de publicidad de la UASD al mismo nivel de sus correspondientes privadas.

La han estructurado con distintas especialidades, acordes a la división del trabajo que existe en el corpus de una publicitaria de nuestros tiempos, los profesores están actualizados en cuanto a los recursos modernos, los estudiantes realizan tareas para las cuales deben visitar las agencias publicitarias y compañías de mercadeo, trabajan con libros que recogen los últimos avances en su campo.

Y han quedado con la ventaja de que no se ha caído, como en algunas otras escuelas del país, en lo que yo le llamaría el pantallismo o el computadorismo. Es decir, han mantenido como premisa básica del trabajo publicitario la idea de que lo principal es el talento humano en su proceso creador publicitario, y no las máquinas. El trabajo de ilustración, las técnicas creativas, los procesos prácticos y mentales que fueron experiencia de cuando la escuela estaba enfocada sólo al aspecto de las artes gráficas, se ha convertido de ser un símbolo de atraso, a un símbolo de visión integral de la enseñanza. Ahí, sus estudiantes tienen ventaja sobre los de otras universidades.

Ahora, según me ha comunicado ese gran diseñador gráfico, excelente creativo y venerable profesor, que es Luis José Pimentel, la escuela está en un proceso de residiseño curricular que pondrá los programas de estudios de la misma, más actualizados y acorde con el avance tecnológico, académico y creativo de la publicidad moderna.