La escuela no es sólo un edificio

La escuela no es sólo un edificio

Uno de los mayores retos en los países en vías de desarrollo es, sin lugar a dudas, la educación. Nuestro país no escapa de este urgente desafío, y mucho se ha reclamado este derecho. Sin embargo, vemos con velada alegría y clara suspicacia, cómo se inauguran nuevos locales para alojar y, sobre todo, se anuncia al pueblo con páginas enteras en periódicos locales sobre estos supuestos logros en el ámbito educativo.
Sin embargo el Foro Económico Mundial reporta que estamos en deterioro de la educación y que en comparación con países del área, de presupuestos y desarrollo similares estamos mucho peor.
Aquí no es como las notas, que a mayor número es mejor. Por el contrario, a mayor número, nuestro récord es peor.

Y es así que, preocupado por el tema, me permito hacer algunas consideraciones.
La visión de escuela y educación que vemos desplegar en nuestro país como política de Estado, está mal concebido y no responde a un programa real y humano de desarrollo. No es que esté mal hacer aulas, es que está mal solo hacer aulas, y hacerlas sin un plan real.

Es hora de visualizar la escuela local como centro de educación, cultura, deportes, artes, eventos locales. Equipada y protegida, la escuela está llamada a ser centro de referencia comunitaria.
La escuela comunitaria debe tener áreas de música, arte, eventos, y ser usada no solo en horas de clases, sino en eventos de la comunidad, siendo el centro del barrio donde esté ubicada. La escuela debe unir a la comunidad, debe brillar y ser el lugar donde se conciban proyectos de mejoramiento comunitario y sede de esperanzas de desarrollo.

Instalaciones deportivas, culturales deben construirse a su lado, o incluidas en su terreno, permitiendo de esta manera, utilizar en un solo espacio, todo lo necesario. La unión de Ministerios haría el costo menor y compartido, aprovechando mejor los recursos.

La combinación con el sector privado en programas mixtos, involucraría al sector local en el cuidado y mantenimiento. Lograr el Padrinaje local de empresas, instituciones y personas, para las escuelas, lo haría sostenible y exitoso. Por otro lado, involucrar líderes locales que supervisen el mantenimiento y progreso, lo convertirían en algo propio de lo que se sientan orgullosos. Un patronato de la escuela en cada pueblo, para que las acciones duren y estén por encima y más allá de lo político y del paso de personalidades temporales y egos.

Los salones de clases podrían ser rentados o usados para eventos locales, torneos locales de deportes, eventos artísticos que la promuevan, convirtiendo la escuela en centro de integración y referencia, que generará el deseo de ser cuidado. Igualmente, en horario nocturno podrían ser usados como centros de educación técnica.

Es hora de que la educación, la escuela, no sea solo vista para la comisión de construcción, equipamiento, cuartos del desayuno y demás. Es hora de que importe lo importante.

Que los niños, jóvenes, estudiantes, y sus padres, puedan decir orgullosos: ¡esa es MI ESCUELA! Porque sin duda alguna, la escuela no es solo un edificio, no son los pupitres, ni las pizarras. La escuela es un centro de educación, cultura y entretenimiento. Es pensum, educadores, profesores, estudiantes, mística, comunidad. La escuela es alma y motor del pueblo. Es por tanto hora de acción. Es la hora de Maestros, Educadores, líderes comprometidos, de alumnos, de estudiantes, deseosos de un mejor futuro, convencidos de que no es un imposible, sino algo totalmente posible, porque simplemente es un derecho, necesario, imprescindible y humano.

Hagamos juntos este día lo mejor para todos.

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