La España de Isabel Pantoja

La España de Isabel Pantoja

 LEO BEATO
Villaviciosa, la tierra de la sidra asturiana. Isabel Pantoja ha hecho lo que no ha podido hacer José Luis Rodríguez Zapatero: unificar a España… Pantoja en la mañana, Pantoja a mediodía, Pantoja en la sopa de la cena y Pantoja hasta debajo de la cama. El escándalo de Marbella con su ex alcalde Julián Muñoz encarcelado por corrupción y ex novio de la Pantoja, continúa dominando los titulares.

Ni siquiera el Barsa, el equipo de fútbol campeón del año pasado, la ha destronado. Resulta que este es el país, la octava potencia económica mundial, donde Europa encaja con África, que cuenta con el mayor turismo interno del continente (solamente el 10% de los españoles vacaciona fuera de España). Sin embargo, el regionalismo que ha estado en ascenso desde que el país se democratizó con la desaparición de Francisco Franco, se ha incrementado. En el avión de Madrid a Bilbao los anuncios fueron en inglés y en Euskara (idioma vasco). «Ertzianza» equivale a policía, «iteera» a salida, «geltokia», entrada al avión, Bilbo equivale a Bilbao, una ciudad provincia como San Sebastián y Guipúzcoa (donde nació Ignigo de Loyola, el fundador de los jesuitas). En Barcelona le hablan a uno en catalán y no te sonríen en castellano hasta que caen en la cuenta que no entiendes nada. En Galicia es casi como si estuvieras en Portugal.

 En Asturias tienen un periódico «Les Noticies» en bable asturiano. «Próximes elecciones xugamosnos ser o nun ser d´un proyectu de país» reza el último titular con motivo de las próximas elecciones municipales. Se refieren a la provincia como «Principado» al estilo de la región vasca que se auto titula «país», Euskadi. Sin embargo, Angela Merkel, la presidenta de Alemania y actual presidenta de la Unión Europea declaró en la Cumbre de Sintas, Portugal: «Alemania sola no puede encontrar solución a los problemas de Europa. Necesitamos unirnos en un solo bloque compacto». Que sirvan estas palabras de lección a los españoles actualmente enfrascados en elecciones legislativas y municipales regionales. De sus 17 regiones autónomas con la excepción de cuatro, incluyendo al país vasco, todas se encuentran en trajín eleccionario con José Luis Rodríguez Zapatero, actual presidente del Gobierno Central (Partido Socialista Obrero Español  PSOE) a la cabeza, lo mismo que Mariano Rajoy, del partido de José María Aznar, el Partido Popular (PP). De acuerdo con algunos analistas, como el periodista Javier Pradera, «existe la sospecha de que los aparatos de poder y las redes clientelares de siempre continuarán dominando el ámbito de las autonomías regionales».

Algo que nos ha llamado mucho la atención aquí en España es el experimento laboral de permitirle a algunos empleados completar el 10% de su horario en sus hogares en aras a un mayor rendimiento y como medida de reducción del estrés laboral. Se trata de un plan piloto de cambios rotativos en el horario de trabajo entre cuyos beneficios se encuentra la reducción del tumultuoso tráfico en las horas pico en las grandes metrópolis como Madrid y Barcelona. Sin embargo, tanto Rodríguez Zapatero como Mariano Rajoy hablan en generalidades sobre el futuro de España. Parecen interpretar lo que ellos piensan que el pueblo español desea escuchar. Rajoy suena a la defensiva usando una estrategia reactiva poco creativa en momentos cruciales como los que está experimentando hoy día la Unión Europea con un euro en ascendencia hegemónica monetaria a pesar de la burbuja económica inflacionaria que se divisa a la distancia. Los altos precios de los bienes raíces han llegado a niveles ridículos. La mejor muestra es Villaviciosa donde un pisín (apartamento) de una habitación hace dos años costaba diez mil euros menos de lo que cuesta hoy día, un aumento de más del 10% en apenas 24 meses, aunque los bancos prometan financiar el 100%.

Una cosa parece muy cierta y es que la ingenuidad política de los españoles ya no es la misma y que los escándalos de la tonadillera Isabel Pantoja y de su novio Julián Muñoz son parte importante del espectáculo.

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