La esperanza alemana
Dirk Nowitzki es el buque insignia para Mundial Japón

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BERLIN,  (AFP).- Pese a haber sido endiosado por sus 104 partidos en la Liga norteamericana NBA, Dirk Nowitzki mostró un rendimiento pálido en los juegos de preparación de Alemania para el Mundial de Japón-2006, lo que pone en duda la capacidad de éxito del equipo germano en la cita japonesa de básquet. Once puntos, 28% de acierto y cero de tres contra Italia; doce puntos y 33% al aro frente a Turquía, Nowitzki no aportó mucho al público alemán durante el Torneo de Berlín, en una de sus raras apariciones en casa.

El único jugador alemán que milita en la prestigiosa NBA lució en el parquet lento y casi perdido, lejos del nivel que tenía hasta hace poco en las finales de la NBA con los Dallas Mavericks, que perdieron en el choque decisivo ante Miami Heat.

“Después de tres semanas de vacaciones, casi se debe empezar de cero: es un poco frustrante jugar así, tan lejos de mi nivel habitual”, admitió el ‘Wunderkind’ (bombardero alemán), quien dio sus primeros pasos en Estados Unidos en 1998.

Convertido en el jugador símbolo de los Dallas, invitado permanentemente al Juego de las Estrellas y uno de los mejor pagados (14 millones de dólares por año) de la NBA, Dirk, de 28 años, es consciente de sus responsabilidades en la Nationalmannschaft, pero tampoco quiere que la cosa pase al otro extremo.

“Ya tengo demasiado con escuchar que sin mí Alemania no es un buen equipo. El básquet es un deporte colectivo y una persona sola no puede ganar o perder un partido”, se defendió ante la prensa la semana pasada.

Sin embargo, el pivot de 7’0” no ha ocultado que “siempre vuelve a jugar con placer en la selección de Alemania”.

Con Nowitzki, los alemanes han tomado la costumbre de sorprender a la élite del básquetbol: en 2002, la Mannschaft le quitó el tercer puesto a Estados Unidos. Históricamente, su mejor plaza había sido un duodécimo lugar, en 1994.

En el Campeonato de Europa-2005, Alemania se clasificó para la final, aunque no pudo hacer demasiado ante el fuerte juego exterior de Grecia.

El punto en común en esas dos odiseas es que «Dirkule», apodo que le dan en tierra germana en referencia al mitológico y musculoso Hércules, fue elegido mejor jugador del certamen (MVP).

Si bien Alemania había tenido algún brillo antes de la llegada de Nowitzki a la escena internacional –campeón de Europa en 1993 en casa–, el ex niño prodigio, que fue detectado a los 17 años por ojeadores estadounidenses cuando militaba en segunda división en el Wurzburgo, es el centro de las ilusiones y esperanzas alemanas en Japón.

Y mucho más después de haber realizado su mejor temporada en la NBA con un título de mejor lanzador de tres y una media de 27 puntos en los play-offs, en los que sólo Miami pudo domar a los Mavericks de Nowitzki.

El miércoles en China, donde Alemania jugará un torneo de preparación para el Mundial (19 de agosto al 3 de septiembre), Nowitzki también se mostró esperanzado: “Después de todo, somos subcampeones de Europa y creo que podemos vencer a cualquiera, incluso a Estados Unidos”.

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