Un empleado de una morgue de Arkansas y una propietaria de tienda en Massachusetts implicados en un tráfico nacional que revela una oscura demanda de restos humanos (REUTERS/Brian Snyder)
Denise Lodge admitió su participación en una red de venta ilegal de partes de cuerpos donados a la prestigiosa universidad
En un giro escandaloso dentro de la prestigiosa Harvard Medical School, Denise Lodge, la esposa del ex gerente de su morgue, se declaró culpable de un delito grave relacionado con el comercio ilegal de partes humanas.
La mujer enfrentó a la justicia el pasado viernes en el Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el distrito de Pensilvania, aceptando su culpabilidad en la carga de transporte interestatal de bienes robados, informó CBS News.
Este caso puso de manifiesto una alarmante demanda de restos humanos en Estados Unidos, revelando una red que involucra desde empleados de funerarias hasta entusiastas coleccionistas privados.
El esquema, descrito por los fiscales federales como “egregio”, no solo implicó a la pareja Lodge sino también a varios cómplices, incluyendo un empleado de una funeraria en Arkansas y una propietaria de una tienda en Massachusetts.
New York Post señaló que se negociaron partes corporales humanas, incluyendo cabezas y manos, a través de plataformas en línea como Facebook, generando hasta 11.000 dólares en ventas. Este comercio clandestino operó entre 2018 y 2020.
Denise Lodge, de 64 años, se vinculó directamente con la venta de diversos restos –dos docenas de manos, dos pies, nueve espinales, partes de cráneos y cabezas diseccionadas-, que fueron donados a la universidad con fines educativos y de investigación.
En una defensa inaudita, su abogada, Hope Lefeber, argumentó que el caso se sostiene más en dilemas morales y éticos que en una base criminal, subrayando que no hubo pérdida monetaria directa. Sin embargo, la traición acusada por la facultad de Harvard, tras el despido de Cedric Lodge el 6 de mayo, remarcó la severidad del asunto.
Más allá de Lodge, el incidente arrojó luz sobre un mercado negro “muy regulado” de donaciones de órganos y tejidos, que, sin embargo, no se extiende a cuerpos completos. Solo cuatro estados en todo el país (Nueva York, Virginia, Oklahoma y Florida) supervisan estrechamente las donaciones y ventas de cuerpos completos, dejando un vacío en la regulación que facilita este tipo de esquemas ilegales.
People explicó que las familias a menudo son atraídas por ofertas de cremación gratuita, sin saber que los cuerpos donados pueden ser comerciados por hasta 5.000 dólares, alcanzando en algunos casos los 11.000 dólares.
Las partes robadas fueron sustraídas sin el conocimiento o consentimiento de Harvard Medical School, donde se suponía que los cuerpos donados debían ser utilizados para avances médicos y educación antes de su cremación programada.
La reacción de la familia de Nick Pichowicz, un sheriff adjunto de Rockingham County, cuyos restos fueron vendidos, encapsuló la profunda traición y el dolor infligido a los seres queridos de los donantes. “Nos sentimos extremadamente traicionados tanto por estos individuos como por la escuela”, confesó su hijo, Nicholas Pichowicz.
En respuesta, Harvard ha puesto en marcha una serie de medidas para asegurar la integridad de su Programa de Donaciones Anatómicas, incluyendo la revisión de políticas y prácticas por un panel de expertos externos. Estas acciones buscan restaurar la confianza y el respeto hacia los donantes que generosamente ceden sus cuerpos para el avance de la ciencia.