Por Jorge Tarafa
Tengo 6 duendes viviendo en mi cabeza,
escribiendo ensayos y novelas, cuentos y poemas.
Depende el movimiento que se requiera,
son capaces de enamorarte y encantarte,
aunque a veces duela.
Escriben en mis neuronas,
mientras destapan unas cervezas.
Y es así como estos pequeños duendes
de actitudes perversas,
tallan sus locuras escondidos en las estrellas,
tienen el poder de hacer latir,
sin que se dé cuenta el portador,
cualquier corazón incluso a los que como el mio,
mitad de piedra y mitad de frío.