La ética periodística

La ética periodística

No escribas como periodista, lo que no puedas sostener como hombre». Esta lapidaria frase del benemérito historiador y periodista mexicano Francisco Zarco, debiera constituirse en guía permanente para los hombres y mujeres del mundo que se dedican al ejercicio de esta profesión.

Este pensamiento me vino a la mente en ocasión de la celebración el viernes pasado del Día del Periodista que fue festejado con diversas actividades profesionales, entre ellas una  charla magistral del doctor Rafael Molina Morillo sobre la ética del comunicador. 

En los momentos actuales, resulta preocupante la forma en que se está ejerciendo este digno oficio, especialmente en los medios electrónicos, incluyendo los blogs, donde  constantemente se atenta contra la honra y buena fama de cualquier persona o institución.

Y si monitorizamos  las emisoras y canales de cables del interior, la cosa es  para horrorizarse, porque al no existir ningún organismo local que los regule  y ante la irresponsabilidad de los administradores y propietarios, la mayoría compite en vulgaridad y morbosidad.

Allí, cualquier individuo, sin conocer los principios básicos de  de la comunicación, ni de la ética, arrienda un espacio y da rienda suelta a sus instintos más bajos y hasta hacen el papel de sicarios difamando a cualquier persona por encargo y unos pesos.

Esta es una situación que aunque es más descarnada en los pueblos, se da también en la capital, aprovechando la existencia de una obsoleta Ley 6132 sobre Expresión y Difusión del Pensamiento aplicable solo a los medios impresos.

Para bien de la sana convivencia, la educación y salud mental de la ciudadanía, se hace impostergable una nueva ley sobre la libertad de expresión.

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