La europlegia y Danilo Medina

La europlegia y Danilo Medina

Danilo Medina va a enfrentar una muy difícil situación internacional lo que le dificultará manejar el muy elevado déficit fiscal interno que hereda, provocado, en gran parte, por los excesos para unas elecciones que ganó. La europlegia va a resultar en menos turismo, menos remesas y menos inversiones europeas en el país.

Un factor positivo derivado de la crisis europea es que una menor demanda de petróleo ha hecho que el precio baje a menos de ochenta dólares el barril. Pero, como era de esperarse porque ocurrió en el año electoral del 2008, el partido en el poder para ganar las elecciones desguañangó la economía. Según el Banco Central las inversiones en obras públicas subieron un extraordinario 75% en enero-marzo con relación a ese mismo período en el 2011. 

El gasto corriente, léase empleos a compañeros, creció un 18%. Aunque los ingresos fiscales en el trimestre crecieron un 14%, estuvieron por debajo de lo presupuestado pero eso luego se compensó con los impuestos pagados por la venta de la Cervecería. Como no se aumentaron ni la gasolina ni la electricidad el déficit fue aún mayor. El acuerdo con el FMI convenientemente para el gobierno expiró en febrero y no fue renovado, por lo que desde entonces no han existido topes que cumplir.

Los datos del Banco Central son sólo a marzo pero el presupuesto suplementario recientemente enviado al Congreso refleja la situación fiscal para el año. Se proyectaba un déficit fiscal para el 2012 por un monto equivalente a 0.9% del PIB. Ahora ha subido al 3.9%, es decir que creció más de cuatro veces. Es el mayor déficit desde el año 2008 y doble con relación al 2011.

El gobierno saliente, presumiblemente con el consentimiento del gobierno entrante, decidió cerrar ese déficit antes de que termine el año, pero no con más impuestos ni con reducción de gastos, sino simplemente con nuevos empréstitos, a pesar de que días antes el ministro Temístocles Montás había declarado que el endeudamiento había llegado a niveles preocupantes, pues de cada peso que se recibe en impuestos ya cuarenta y dos centavos se utilizan para pagar capital e intereses de la deuda.

El nuevo financiamiento proviene de la entrega de bonos internos, pero expresados en dólares, a los generadores de electricidad, quienes tendrán la opción de quedarse con ellos (pagan buenos intereses) o venderlos a los bancos. No está claro si representa un aumento neto de la deuda, pues ya existía una deuda flotante impagada a los generadores. El gobierno francés desembolsará los millones que faltan del préstamo del Metro y Petrocaribe prestará más pues el petróleo estuvo más alto. El Banco de Reservas, para que no se detuvieran las obras públicas, prestó a los contratistas y ahora el gobierno le va a pagar pero a largo plazo.

Se estima que la deuda total de la nación subirá en apenas siete meses de un 30% del PIB a un 31.4%, acercándose al 33% del fatídico 2004, el primer año completo después de la crisis bancaria.  Danilo Medina encontrará pues cuadrado el presupuesto de este año, pero ¿y el del que viene? Ha prometido no botar a los que sobran en las nóminas para no crear más desempleo, también no aumentar la deuda, tomando prestado tan sólo un monto equivalente a lo que vence y se paga. También prometió subir el presupuesto de educación y se supone que no quiere reducir las obras públicas.

Entonces, ¿de dónde saldrá el dinero? Si tiene suerte y siguen bajando los precios del petróleo, el gas y el carbón, el subsidio a la CDEEE se reducirá, pero aun así, tan sólo aumentando los ingresos fiscales es que podría cuadrar. ¿Aceptará el Fondo Monetario Internacional (FMI) un acuerdo sin reducciones del gasto corriente, sin aumento en la tarifa eléctrica y sin topes en el endeudamiento? Tanto Danilo Medina como Hipólito Mejía se comprometieron durante la campaña a firmar un acuerdo con ese organismo.

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