La evaluación cardiovascular pre-quirúrgica

La evaluación cardiovascular pre-quirúrgica

Doctor Víctor Santos Rosario
Médico Internista, Coordinador Circuito Cardiovascular del Hospital General de la Plaza de la Salud

La Evaluación Cardiovascular Pre-Quirúrgica es una consulta médica especializada donde al paciente que será sometido a un procedimiento quirúrgico se realiza un examen integral, no solo del área cardiaca, que incluye la realización de una historia clínica y examen físico completo dirigidos a establecer cuáles son los potenciales factores de riesgo inherentes al paciente, al tipo de cirugía al que será sometido y el procedimiento quirúrgico que va a ser realizado.
Este estudio integral del estado de salud del paciente que va a ser sometido a una cirugía se hace con el fin de determinar la presencia de enfermedades que puedan afectar la realización de la cirugía, el pronóstico y/o su recuperación.
En la evaluación preoperatoria obtenemos los datos generales del paciente, antecedentes personales patológicos, hábitos tóxicos que nos orientan a potenciales complicaciones cardiovasculares, pulmonares o metabólicas, que podrían poner en riesgo la salud del paciente durante el peri operatorio.
También identificamos signos y síntomas de enfermedad sistémica, conocida o no por el paciente, hipertensión arterial no controlada, cardiopatía coronaria, cardiopatías congénitas o adquiridas, diabetes mellitus descompensada, anemia, arritmias, asma bronquial, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfermedades renales, trastornos de la coagulación sanguínea, etc. Con la evaluación cardiovascular pre-quirúrgica se determina el riesgo quirúrgico del paciente.
¿Qué es el riesgo quirúrgico? Es la probabilidad de morbimortalidad del paciente que será sometido a cirugía.
La estimación del riesgo quirúrgico es una aproximación de riesgo de muerte cardiovascular e infarto cardiaco a 30 días que toma en cuenta solamente la intervención quirúrgica específica y resta importancia a las comorbilidades del paciente, entendiendo por morbimortalidad aquellas enfermedades causantes de muerte en determinadas poblaciones, espacios y tiempos.
¿De qué depende el riesgo quirúrgico? El riesgo de las complicaciones post-quirúrgicas depende del estado del paciente, de las enfermedades del paciente, de su edad, la urgencia, la magnitud, el tipo y la duración del procedimiento quirúrgico.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS 2009), cada año, en el mundo se realizan 234 millones de cirugías mayores, lo que equivale a una cirugía por cada 25 habitantes. De esas cirugías mayores, más de un millón presentan eventos adversos, y de las que presentan eventos adversos, el cincuenta por ciento (o sea, 500 000) son prevenibles.
Se entiende por cirugía mayor todo procedimiento realizado en quirófano que comporte la incisión, escisión, manipulación o sutura de un tejido, y generalmente requiere anestesia regional o general, o sedación profunda para controlar el dolor.

¿A quién se le debe de hacer una evaluación?

La importancia y la utilidad de la evaluación cardiaca preoperatoria dependerá si la cirugía es electiva o de emergencia.
Se le debe de realizar la evaluación cardiovascular pre-quirúrgica a pacientes con enfermedad cardiaca que será sometido a una cirugía electiva no cardiaca de riesgo bajo o intermedio. Las cirugías de bajo riesgo son, entre otras: cirugías superficiales, cirugía de seno, cirugía de catarata, cirugía de mama, tiroides, reconstructiva, ginecológica menor, ortopédica menor, urología menor.
Las cirugías de riesgo intermedios son, entre otras, cirugías intraperitoneal, angioplastia arterial periférica, reparación endovascular de aneurisma, cirugía de cabeza y cuello, cirugía ortopédica mayor: cadera y columna, urológica mayor: próstata, ginecológica mayor, trasplante renal, intratorácica menor.
Se deberá considerar la evaluación, por un equipo multidisciplinario a pacientes con enfermedad cardiaca conocida o alto riesgo de sufrirla que van a ser sometido a cirugía no cardiaca de alto riesgo.
Las cirugías de alto riesgo son, entre otras, cirugía de emergencia en ancianos, cirugía aórtica y vascular mayor, cirugía pancreática-duodenal, revascularización abierta de miembros inferiores, resección hepática o cirugía biliar, esofagectomía, cirugía de perforación intestinal, resección adrenal, cistectomía total, neumonectomia, trasplante hepático y pulmonar y cualquier procedimiento quirúrgico prolongado.
Si el paciente será sometido a una cirugía electiva y tiene antecedentes o presenta cualquier enfermedad sistémica crónica, cardiovascular, pulmonar o renal, hematológica, gastrointestinal, etc. se le debe de hacer la evaluación cardiovascular.
Si la cirugía es de emergencia, como la rotura de aneurisma aórtico abdominal, traumatismo mayor, perforación visceral, heridas de proyectil de arma de fuego, traumatismo craneoencefálico con hematoma epidural o subdural agudo, hemotórax secundario a trauma torácico, etc. la evaluación cardiaca no alterará el curso o el resultado de la intervención quirúrgica.

Hay cirujanos que indican esta evaluación a todos los pacientes que van a someter a un procedimiento, con fines de tener mayor seguridad.

Qué se necesita para realizar una evaluación cardiovascular

Es indispensable la realización de algunos análisis de sangre, que incluyen hemograma, glicemia, creatinina, nitrógeno ureico, pruebas de coagulación sanguíneas, pruebas de hepatitis B y C y la prueba de HIV, examen de orina y tipificación sanguínea.
Además se necesita un electrocardiograma, una radiografía de tórax. Es ideal que estos lo lleve el paciente al médico especialista que le realizará la evaluación.
En pacientes específicos, como aquellos que al examen físico se le encuentre un soplo cardiaco, o presenten signos y síntomas de insuficiencia cardiaca, con antecedentes de valvulopatia congénita o adquirida, insuficiencia cardiaca conocida, derrame pericárdico, se le indicará un ecocardiograma transtorácico.
A pacientes fumadores crónicos, bronquíticos crónicos, enfisematosos, asmáticos, obesos mórbidos, condiciones que aumentan el riesgo de complicaciones respiratorias se le indicará una prueba de función respiratoria llamada Espirometría.
Otros procedimientos complementarios  que pudieran  indicarse son: holter de 24 horas a pacientes con arritmia cardiaca; test de esfuerzo en pacientes con sospecha de cardiopatía isquémica, angio-tomografía coronaria, gammagrafía cardiaca, cateterismo cardiaco, Mapa (monitoreo ambulatorio de presión arterial).
No todos los pacientes  necesitan un amplio estudio cardiaco, pulmonar o de otro órgano.

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