CIUDAD DEL VATICANO, Set 26 (AFP) – La sentencia de excomunión que infligió este martes el Vaticano al controvertido arzobispo emérito de Lusaka, Zambia, Emmanuel Milingo, es el castigo más severo que la Iglesia Católica puede decretar.

Existen dos tipos de excomunión: La «latae sententiae» y la «ferendae sententiae», según la gravedad de la acción cometida.

Para el Código de Derecho Canónico los que cometen faltas graves, como tomar el lugar del pontífice para ordenar obispos, cual es el caso de Milingo, deben ser excomulgados automáticamente, es decir «latae sententiae», sin que sea necesaria una sentencia previa de la autoridad competente.

Los motivos para que se aplique la excomunión «latae sententiae» son la herejía, el cisma, la violencia contra el Papa, la consagración de un obispo sin mandato del pontífice, realizar un aborto, profanar la Eucarestía, la absolución de un «cómplice» en caso de relaciones sexuales y la violación del secreto de la confesión, precisa el Código.

La mayoría de los casos de excomunión son tratados por la Santa Sede, por el Papa directamente o por la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Para faltas menos graves, existe la «ferendae sententiae», por lo que la autoridad competente abre un proceso, que puede concluir con la sentencia de excomunión.

Los excomulgados no pueden cumplir tareas litúrgicas o pastorales y se les prohibe participar en la vida sagrada de la Iglesia.

Las excomuniones son poco frecuentes.

La última sentencia de excomunión que se conoce fue pronunciada en febrero por el obispo de Piedemonte, norte de Italia, monseñor Pier Giorgio Bernardi, contra el sacerdote Franco Barbero, por haber bendecido el matrimonio entre una pareja de homosexuales.

El Vaticano amenazó en el 2002 varias veces al arzobispo Milingo de excomulgarlo por haberse casado con una coreana siguiendo el rito de la secta Moon.

Pero el religioso africano renunció luego al matrimonio y se reincorporo a la Iglesia.