POR LLENNIS JIMÉNEZ Y LEONORA RAMÍREZ
El Distrito Nacional está confinado en 94 kilómetros cuadrados, sin la posibilidad de expandirse horizontalmente.
Esta realidad obstaculiza los planes del Ayuntamiento y dificulta los proyectos del síndico Roberto Salcedo, quien procura elaborar un Plan de Reordenamiento Territorial, con el cual se establecerán normativas sobre el uso de suelo en esa zona.
Esa realidad es la que obliga al Ayuntamiento a diseñar un plan de reordenamiento que trace las pautas sobre el manejo urbano de la ciudad, expresó el síndico.
Ese es el reto de la ciudad, porque hay que preguntarse si vamos a seguir dando permisos para la construcción de edificios sin regulación, dijo, tras indicar eso sería un acto irresponsable, si no se tiene un instrumento que permita establecer hacia dónde debe ir la ciudad en los próximos años.
Sin embargo, Salcedo admitió que ese tipo de proceso genera incertidumbre en los agentes inmobiliarios y constructores.
Pero es doloroso que usted compre pensando en una inversión segura y le comiencen a levantar una torre, con los consecuentes problemas de ruido y de limitaciones de parqueos.
En ese sentido, dijo que llegó el momento de intervenir la ciudad desde el punto de vista normativo. Y aquí debe existir mucha voluntad política para aplicar un plan de reordenamiento del territorio que toca prácticamente todas las actividades y áreas del Distrito.
Salcedo destacó que las regulaciones que se dispongan permitirán que estén claras las reglas de juego en la referida zona.
Que nadie se llame ni a engaños ni sorpresa; en una ciudad que tenga reglas claras los conflictos serán menores, y cada acción que se emprende es obedeciendo a la demanda de la municipalidad, no se hace nada que suponga un capricho del síndico, sino ajustándose a las expectativas de la comunidad.
LOS PARQUEOS
Licitar la construcción de estacionamientos en algunos puntos estratégicos de la ciudad y motivar la inversión del sector privado en este tipo de obras es una urgencia para la administración municipal.
Salcedo admitió que la falta de parqueos es uno de los grandes problemas que tiene la ciudad de Santo Domingo.
Ahora bien, yo creo que dentro del Plan de Reordenamiento del Territorio éste debe ser uno de los temas esenciales que debe ser abordado, consideró.
Deploró el caos que resulta cuando en una calle cerrada se construye un colegio o un centro médico sin la cantidad de parqueos requeridos.
EN CENTRO HISTÓRICO
Los parqueos municipales del Centro Histórico de la ciudad, en la la Zona Colonial, serán ampliados y mejorados. Salcedo dijo que se procura que tengan una mayor capacidad.
Deploró que los propietarios de vehículos no se ocupen de dejar sus vehículos en los parqueos por mantenerlos en las calles, lo más cerca de sus áreas de trabajo.
Planteó que en el caso del Centro Histórico, lo maravilloso es que las vías se mantenga despejadas para que la gente los disfrute.
PARA LOS REMOLQUES
Advirtió debido a la cantidad de vehículos mal estacionados en las calles y avenidas de la capital, este año el Ayuntamiento va a adquirir sus propias grúas.
Y vamos a ser rigurosos en eso, para obligar a la gente a que no estacione en una acera, enfatizó. Admitió que el parque vehicular de la ciudad ha crecido mucho, sin embargo, estimó que la inconducta, que es mucha, contribuye a crear más el caos. Ese sentido, adelantó que la Sala Capitular y la administración abordan el tema del parqueo como esencial para el próximo año. Afirmó que voluntad no les falta para enfrentar los problemas de la ciudad.
LA INCONDUCTA
A partir del próximo año la gestión de Salcedo promete ser rigurosa con el tema del espacio público.
La decisión de Salcedo se debe a que en una visita que hizo al Palacio Consistorial al Centro Histórico -donde tiene una oficina- observó que una vía estaba atestada de vehículos.
Pero más adelante vio el letrero que indicaba un área de parque, al que se acercó, y, para su sorpresa, estaba vacío.
La explicación que tiene para este caso, de que nos hemos aburguesados tanto, que queremos entrar a nuestras oficinas en la yipeta. Asume que nos hemos convertido en una población vaga.