La expedición del 14 del junio de 1959

La expedición del 14 del junio de 1959

Llucha de Manolo Tavárez contra Trujillo se inspiró en ideas democráticas, liberales

POR S. ESTRELLA VELOZ
La derrota de la expedición del 14 de Junio, debido a la superioridad numérica de la guardia trujillista, dio paso al nacimiento, en enero de 1960, del Movimiento Clandestino 14 de Junio, inspirado en la expedición, convertido luego en Agrupación Política 14 de Junio, presidida por el abogado Manuel Aurelio Tavárez Justo, mejor conocido como Manolo.

Ese Movimiento se creó formalmente el 10 de enero, tras una reunión en una finca de Mao, en el noroeste del país. Una delación ese mismo mes dio lugar  a una ola represiva contra los principales dirigentes, todos llevados al centro de torturas de La 40, en la zona Norte de la entonces Ciudad Trujillo. Hubo  un momento en que los detenidos eran cientos, entre ellos algunos hijos de funcionarios del régimen de Trujillo. En esa cárcel no solamente hubo torturas, sino también asesinatos brutales. Muerto Trujillo en 1961, el 14 de Junio salió de la clandestinidad, formándose la Agrupación Política 14 de Junio, presidida por Manolo. En 1963, un nutrido grupo de guerrilleros, encabezados por Tavarez Justo, se alzó en armas el 28 de noviembre, en protesta por el derrocamiento de Juan Bosch, el primer presidente constitucional elegido libremente después de la muerte de Trujillo. Capturado, Manolo Tavárez y otros compañeros fueron fusilados el 21 de diciembre de dicho año.

El líder del 14 de Junio fue el abogado Manuel Aurelio Tavárez Justo, un hombre que ofrendó su vida en defensa de sus ideales democráticos, de soberanía, libertad y justicia social. La gente le conocía simplemente como Manolo Tavárez, un revolucionario que sembró futuro, como lo demuestra el hecho de que todavía se lucha contra los mismos males que él combatió, como son la corrupción, la pobreza, las desigualdades sociales y las violaciones a los derechos humanos.

  Manolo Tavárez nació en Montecristi el 2 de enero de 1931, hijo de los esposos Manuel Tavárez y doña Josefina Justo. Su padre se distinguió por su espíritu humanitario, pues protegió a numerosos haitianos que huían aterrorizados cuando el dictador Trujillo ordenó la matanza de 1937, verdadero holocausto que todavía hoy deja a cualquiera estupefacto.

  El papá de Manolo había tenido un primer matrimonio con Isabel Mayer, quien luego fuera “ojos y oídos de Trujillo” en el Noroeste del país, con la cual procreó a Carmen Tavárez, después viuda D´alesandro, la mamá del doctor Guido D´alesandro (Yuyo), quien se asiló en 1960 al descubrirse el complot del 14 de junio.

  En su segundo matrimonio con Josefina Justo, don Manuel Tavárez procreó a Ángela, Manolo y Eduardo, banquero residente en los Estados Unidos, y a las mellizas Enma y Eda Tavárez. Enma murió en el año 2.000. Ángela fue la esposa de Jaime Ricardo, guerrillero caído en Constanza en 1959 durante la lucha armada contra  Trujillo.

  Manolo Tavárez era un hombre blanco, alto y de agradable apariencia física, personalidad modesta, con una incipiente calva que según algunos denotaba inteligencia. Generalmente usaba espejuelos oscuros de lujo, del tipo Ray-Ban. Era parco en el hablar, pues prefería escuchar atentamente antes de emitir un juicio, por lo regular contundente sobre el punto tratado. Era amante de la pesca deportiva y le gustaba recitar canciones y cantar. No era un intelectual en el sentido estricto de la palabra, pero poseía una inteligencia natural que le permitía la fácil asimilación de la cultura  y los buenos modales.

Nunca fue aficionado a los deportes como el béisbol, el boxeo o el baloncesto. “Era el capitán de los silencios”, dijo su compañero de luchas el ingeniero Leandro Guzmán, cuando el autor  le pidió un comentario sobre Manolo.

  Manolo Tavárez fue un hombre valiente, como lo demostró su permanente desafío a la dictadura de Trujillo, pero además durante las sesiones de torturas a las que fue sometido tras su apresamiento en Montecristi, tras las redadas del 1 de enero de  1960 hechas por el funesto Servicio de Inteligencia militar (SIM). En la cárcel de torturas de La 40, donde junto a otros compañeros fue salvajemente torturado hasta quedar casi irreconocible, Manolo Tavárez se mantuvo firme, sin emitir siquiera un grito de dolor.  Sus instrucciones habían sido precisas: todos los que cayeran presos debían buscar la forma de no comprometer a sus contactos, pero además deberían orinar y defecar para en el proceso de torturas no dar la oportunidad de que los esbirros se burlaran.

  La preocupación  de Manolo Tavárez por un mejor destino para los dominicanos quedó evidenciada en los interrogatorios a que fue sometido por el SIM, a cuyos sicarios dijo: “Mi postura de tipo antigubernamental reside en varios hechos o fenómenos de apreciación personal y que comenzaré a fundamentar en los siguientes aspectos de la vida pública dominicana: a) falta de protección o intervención gubernamental para mejorar el estándar de vida agrícola e industrial, porque entiendo que los precios de los productos de la tierra prácticamente no tienen ningún valor”, según consta en los interrogatorios a los que fue sometido por el SIM.

Citó como ejemplo el caso de los cosecheros de guineos “que ven con pena la necesidad de mejorar el precio de ese fruto, si se compara con el mercado que continuamente tiene el mercado internacional”. Otro argumento suyo para justificar su oposición a la dictadura era “la falta de libertad de pensamiento, ausencia de libertad de prensa, a deficiencia notoria en el sistema tributario, especialmente los altos precios a que se cotizan los artículos de primera necesidad, tales como el arroz y otros”.

  “Entiendo—dijo Manolo en los interrogatorios—que si se logra un cambio en la dirección de la cosa pública dominicana el pueblo podría vivir en un ambiente más en consonancia con sus necesidades”

  Como se puede apreciar, esas ideas no eran las de un individuo comunista, sino de alguien interesado en un proceso de liberación que recogiera las banderas de los caídos en la expedición del 14 de junio, la mayoría de ellos jóvenes que luego serían conocidos como los miembros “de la Raza Inmortal”.

  Es cierto que la revolución cubana influyó en las ideas de Manolo Tavárez, como también lo hizo en muchos hombres y mujeres que le acompañaron en la formación del 14 de Junio de enero de 1960, entre ellos su esposa Minerva Mirabal, con la cual procreó a Manolito y a Minou.

  Es cierto también que, como un modismo, Manolo llegó a lucir uniforme y gorra verde olivo en los mítines políticos que encabezaba, con afecciones en la voz a imitación de Fidel Castro. Pero nunca fue comunista, por lo menos en el sentido que se les atribuye a quienes tienen una formación marxista-leninista y lucha por una revolución socialista.

  Tras la muerte a tiros de Trujillo el 30 de mayo de 1961, la oposición comenzó a organizarse, de manera que cuando Manolo y sus compañeros salieron de la cárcel el 26 de julio no vacilaron en dar al 14 de junio un carácter legal, formando así la Agrupación Política 14 de Junio. Su oposición a participar en las elecciones de 1962  no impidió que Manolo y otros seguidores le acompañaran a las montañas, en plan de guerrilleros, para exigir a los militares golpistas que repusieran a Bosch. La muerte de la mayoría de los guerrilleros quedaría como ejemplo de que a los Gobiernos Constitucionales hay que respetarlos.

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