La experiencia de un “Concierto lírico entre amigos”

La experiencia de un “Concierto lírico entre amigos”

La música, el canto, producen placer, pero disfrutar de un concierto lírico entre amigos es una experiencia fascinante, y esto fue lo que pudimos sentir en el recital ofrecido en la Sala de la Cultura Aida Bonnelly, del Teatro Nacional, por dos de nuestras más altas voces, el tenor Juan Cuevas y la mezzosoprano Belkys Hernández.

Un tercer elemento imprescindible en todo concierto es el acompañamiento musical, complemento armónico, que adquiere por momentos protagonismo, la excelencia del pianista Anton Fustier Martínez garantizó la armonía, la perfecta sintonía entre solistas y acompañante esa noche.

Belkys Hernández inicia el concierto con “Vaga Luna, Bel Canto”, de Vicenzo Bellini. Su voz de mezzo, llena de añoranza se dirige a la luna, excelente apertura de este recital. Luego nos lleva a la bahía napolitana, y nos deleita con la famosa canción “Santa Lucía”, de Teodoro Cottrau.

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El tenor Juan Cuevas hace su entrada y nos deleita con la canción italiana “Ideale”, del más importante compositor de la “Canzoni italiana” del siglo XIX, Francesco Paolo Tosti. Continúa con el romance “La Rondine al Nido”, canción napolitana de Vicenzo De Crescenzo. La voz de Cuevas, afinada, se adapta a las bellas piezas del cancionero italiano.

Los aplausos recibidos, tras cada entrega, son un estímulo, para continuar. Con pasión, Belkys interpreta la famosa “Habanera”, de la ópera Carmen, de George Bizet. Juan Cuevas de la zarzuela “Emigrantes” de los compositores Rafael Calleja Gómez y Tomás Barrera Saavedra, Canta “Granadinas”, y con hermosos matices sonoros transmite el dolor al decir, “Adiós a Granada”.

Unidas sus voces, de la comedia lírica “Doña Francisquita”, de Amadeo Vives, Juan Cuevas se convierte en Fernando y Belkys, en Aurora, la Beltrana. Exquisito momento donde además asoma el histrionismo de estos artistas.

Continuando con la música española, Belkys Hernández con gran coquetería nos deleita con el famoso cuplé “La Violetera”, de José Padilla y versos de Eduardo Montesinos. De la zarzuela “El Barberillo de Lavapiés, de Francisco Asenjo Barbieri, canta “La canción de la Paloma”. La voz de mezzo de Belkys Hernández, de hermoso timbre, es apropiada para el llamado género chico: la zarzuela, siglo XIX.

Entran a escena los excelentes percusionistas Pedro Ferreira y Tony Cortorreal, y se unen al piano para un perfecto acompañamiento.

Juan Cuevas se posa en nuestra tierra con un canto de amor y esperanza, “Una Primavera para el mundo”, música del maestro Rafael Solano y poética de René del Risco Bermúdez; en su voz la bellísima pieza toma un colorido esplendor.

Siguiendo en tierras caribeñas, Belkys nos canta con gracejo el bolero son cubano “Dulce embeleso”, de Miguel Matamoros.

De la ópera “La Fanciulla del West”, de Giacomo Puccini, Juan Cuevas interpreta el aria de Johnson, “Ch´ella mi creda libero”, siendo este uno de sus momentos estelares.

Luego canta a la belleza de la vida en un día soleado, con la clásica canción napolitana “Oh Sole Mio”, del compositor Eduardo Di Capua y letra de Giovanni Capurro.

Juan y Belkys se unen en el dúo de Hanna y el Conde Danilo, “Calla el labio”, de la opereta “La Viuda Alegre”, de Franz Lehar, alcanzando sus voces un buen nivel y perfecto acoplamiento. Con el “Duettino de la Zarzuela Cecilia Valdes”, de Gonzalo Roig, cerró este concierto, pero los aplausos prolongados llevaron a los cantantes a interpretar de nuevo el final de este hermoso “Duettino”. Un concierto encantador, entre amigos.

Felicitaciones.

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