La fabulosa trampa a las familias Rosario

La fabulosa trampa a las familias Rosario

Nadie apellido Guzmán olvidará la increíble historia de la fabulosa fortuna dejada por el Barón de la Atalaya. La Baronía de San Miguel de la Atalaya fue un título nobiliario español, creado el 8 de octubre de 1778 por Carlos III de España a favor del Tte. D. José de Guzmán. Esto, en recompensa por fundar la villa fortificada de San Miguel de la Atalaya, en la isla de Santo Domingo. Lo cual fue cierto, y dicho título fue testado a favor de sus herederos, y de ahí, una leyenda para incautos ambiciosos o una fábula para los niños sobre la exigibilidad de título y hacienda. Una gran mentira de dinero fácil que solo había que ir a reclamar.
Es increíble que en el 2018, ahora con personas apellido Rosario, surja historia parecida, con la amarga particularidad que muchos de ese apellido han preferido dejar trabajo y paz familiar, en espera que la promesa de dinero sin trabajo producto de fabulosa herencia. Sueñan los Rosario en que un mesías los convierta de la noche a la mañana en personas tan adineradas y poderosas que el mismísimo Carlos Slim (el hombre más rico de Latinoamérica y dueño de Claro Dominicana) estaría a la vez envidioso y sorprendido de tantos euros o dólares recuperados, gracias a la intervención de personas que venden su supuesto desinterés y ayuda solo a cambio de cumplir con su gestión.
A la fecha, lamentablemente, tal como han advertido las autoridades del Banco Central y el Banco de Reservas de que no hay acreditaciones de tales fortunas, y la advertencia de la fiscal Yenni Berenice Reynoso, de que se trata de un timo, todavía hay gente que quiere creer en historias de Disney. Por lo que se ve, esto ya va siendo una de las más increíbles historias de manipulación que se hayan cometido en territorio dominicano.
La gente quiere creer no en lo que es real, pues la realidad se antoja difícil y a veces triste. Es similar a la lectura del horóscopo en los periódicos, o a la compra de la lotería de Nueva York, poco importa la veracidad de lo leído o de las abrumadoras cifras de la estadística que establecen la poca probabilidad de resultar favorecidos. Eso ilusiona. La diferencia con esta historia de la familia Rosario y la promesa de herencia es que nadie al leer el horóscopo sale a casarse con la primera rubia hermosa o primer hombre moreno que cruce en frente ni tampoco renuncia del trabajo al comprar un tique de lotería. Sin embargo, en este increíble caso, muchos incautos han dejado su trabajo, abandonado sus estudios, o gastado sus magros ahorros para tener sus “papeles en regla” para cobrar un dinero que no existe, que no ha acreditado nadie y que no hay evidencia ninguna de que alguna vez fuese real.
Este es un caso que si no tuviera tal impacto humano y social llamaría a risa y a ser fuente de inspiración para la literatura fantástica. Sin embargo, lo que se avecina para miles de personas y familias es una gran decepción, una pérdida de esperanza, una pérdida de dinero en algún caso sustancial, y en definitiva tragedias personales y familiares. En esta historia el único ganador es el grupo que en una reunión es capaz de recaudar 20 millones de pesos entregado por los incautos para las gestiones legales; pero la justicia existe, y la autoridad actuará. No hay crimen perfecto, ni mentira que llegue lejos. Los estafadores pagarán su fechoría.

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