En el Mercado Nuevo de Villas Agrícolas los productos agropecuarios son abundantes, pero junto a ellos convive el persistente problema de la falta de orden y, sobre todo, la poca higiene para la comercialización de estos bienes de alto consumo de los dominicanos.

Aunque en algunos espacios exhiben mejoría en la recogida de basura y la circulación, el hedor producido por bienes dañados y la insalubridad que estos podrían provocar debido a la condición en las que se venden, dan la bienvenida en la plaza que suple más del 70% de los bienes en el Gran Santo Domingo.

En los alrededores de la infraestructura que aloja los puestos, aguas estancadas con desechos comparten espacios de venta con tomates, zanahorias, cebolla, verduras, yuca y ajíes, todos al aire libre.

Mientras que en los puestos de venta no hay espacio entre uno y otro, sin importar el tipo de producto que se comercializa, o sea, que no hay una división directamente de los bienes.

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“Bueno, yo vengo a comprar aquí al mercado porque me queda cerca, pero de verdad es que aquí los alimentos están tirados, por lo que hay que lavarlos muy bien para uno comérselos”, dijo Juana Pérez, quien hacía ayer su acostumbrada compra.

A pesar de que todos los productos provienen del interior del país, muchos llegan al Mercado Nuevo, y así permanecen hasta su venta, llenos de lodo.

Aunque en el 2019 el Instituto Nacional de Protección de los Derechos del Consumidor (Pro Consumidor) se comprometió a supervisar el mercado, para asegurarse que los productos se comercialicen en un grado de higiene, ayer no se pudo observar ningún miembro de la institución.

“Nosotros vendemos como podemos, es que las autoridades solo han hecho promesas y esa gran transformación solo se ha quedado en palabras”, dijo un comerciante.