La familia amenazada

La familia amenazada

Recientes Investigaciones en USA reportadas por New York Times (Bob Herbert, 21/6/08) informan sobre una situación alarmante en materia de familia, de la que se pueden extraer útiles enseñanzas para América Latina. En el 2006 por primera vez en la historia americana la mayoría de las nacimientos en mujeres menores de 39 años, de edad, el 50.4%, fueron de mujeres no casadas. En las mujeres de color ese porcentaje sube al 80% de los nacimientos, en los latinos es el 51%. Los cónyuges masculinos jóvenes desertan, y dejan la familia sin padre.

Son los pobres y con pocos años de educación en donde el abandono familiar es más alto. No pueden ganar lo suficiente para sostener una familia. Las correlaciones se muestran claramente en un estudio del Center for Labor Market Studies: “Las tasas matrimoniales en USA están fuertemente ligadas con los ingresos anuales de los hombres jóvenes. Cuanto mayores son dichos ingresos más probabilidades hay que estén casados. Entre los jóvenes de color aquellos que ganan más de 60.000 dólares anuales tienen cuatro veces la probabilidad de estar casados que los que ganan menos de 20,000 dólares.

Desafortunadamente el ingreso promedio anual de los jóvenes que no completan un primer nivel universitario declinó substancialmente en los últimos 30 años y volvió a caer muy fuertemente del 2000 al 2007”. Obama ha subrayado fuertemente la importancia de este problema “De todas las rocas sobre las que construimos nuestras vida, debemos recordar que la familia es la más importante y debemos reconocer y honrar el fecho de cuan críticamente fundamental es cada padre para cada familia”.

Este proceso, los pobres y con educación menor, tienen menos posibilidades de conformar la institución pilar del género humano la familia, base del desarrollo espiritual, emocional, la salud, el desempeño educacional, el afecto, sobre el que hoy se llama a acción en USA, se está dando silenciosamente a diario en América Latina. En la región está subiendo la “tasa de renuencia” a formar familias. Muchas parejas jóvenes que quisieran conformarlas no pueden hacerlo por baja educación, (50% de los jóvenes no terminan la secundaria) y por ende imposibilidad de encontrar trabajo en la economía formal, falta de vivienda, carencias básicas.

Por otra parte en muchas familias el padre joven abandona por imposibilidad de aportarles sustento. Encuestas en varios países de la región muestran que cuando se les pregunta a los jóvenes que institución tiene el mayor prestigio entre ellos, contestan que la familia, y explican que es el único marco donde tienen respuesta incondicional, donde pueden volcar sus confidencias íntimas, donde hay pleno compromiso con ellos.

Tienen el más alto interés en la familia. En países como España hay nuevas leyes que la protegen, desde pagar sueldos a los familiares que cuidan a los ancianos, a los proyectos de remunerar por su trabajo al ama de casa. En los países nórdicos las licencias post parto llegan a los 18 meses e incluyen al cónyuge masculino. En una América Latina plena en posibilidades ha llegado el tiempo de convertir los discursos pro familia en hechos concretos, y crear políticas de protección para que los jóvenes de pocos recursos, y educación, tengan acceso al más elemental de los derechos, integrar una familia.

El autor es Asesor Principal de la Dirección del PNUD/ONU para América Latina.

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