La familia Defilló Sanz (10)

La familia Defilló Sanz (10)

POR GRACIELA AZCÁRATE
LAS RAÍCES QUE PERVIVEN.
La historia de la familia Defilló debió haber terminado el domingo pasado. Pero el comentario de un diplomático extranjero me impulsó a escribir una entrega más. No para alargar el relato de una familia que tiene mil escorzos para seguir escribiendo de ella sino para explicarme y explicar a los lectores qué razón de ser tiene esta entrega semanal sobre las familias nacionales.

Para el embajador los artículos no tenían finalidad.

Desde hace nueve años, en que nació esta entrega que salía en una revista quincenal del periódico, la investigación fue cambiando. Creció, devino en algo distinto. Así como cambian las personas, la vida privada y laboral, su mundo interior, así como cambia una generación, ésta entrega fue atravesando las evoluciones que marcan cualquier destino. Imaginarla, crearla, darle forma, buscar los actores de la historia interminable de un país, encontrarme con los que dieron vida a esas realidades fueron cambiando no sólo el tenor del trabajo sino que me cambiaron a mí.

Como diría el psicólogo suizo Carl Gustav Jung, a uno la vida y las personas lo cambian, como esos cambios alquímicos donde del encuentro entre dos entes no sólo los hace diferentes sino que modifica a los otros y se transmuta en algo distinto que crece y se renueva eternamente.

En definitiva eso es la vida, y eso encierra el acto de vivir. «La Historia de familia» ni siquiera es lo que algunas periodistas o columnistas dicen que es: el recuerdo nostalgioso del pasado, el recuerdo de una abuelita consentidora que nos afirma el ego, o los rumores insidiosos sobre un pasado no claro o la metáfora de vida de un pueblo en armas.

Marguerite Yourcenar tenía ochentaitrés años cuando volvió a «darle una segunda vuelta a su vida» y reescribío los últimos años del padre y su vida junto a él. En «Los enredados senderos» le quedaban por evocar las respectivas muertes de él y Jeanne, una amante del padre y figura emblemática en la vida de Marguerite. Era un cierre de inventario, las cuentas finales resumidas en cincuenta páginas que fueron interrumpidas, el 8 de noviembre de 1987, cuando la derrumbó el derrame cerebral.

Fue premonitorio aquel: «si el tiempo y la energía me son otorgados para seguir escribiendo hasta que la pluma se me caiga de las manos».

Se murió escribiendo del pasado, de los mayores y de las raíces que no se ven pero retoñan cada verano.

» Darle otra vuelta a la vida» como la belga o como Carl Gustav Jung, construir una torre en el borde del lago, en Zurich, permanecer en silencio, introspectivo, bebiendo de las aguas maternales del sueño, cortando leña, tomando vino tinto, cocinando deliciosas comidas para sus cinco hijos, sus once nietos y sus bisnietos.

Alimentando las raíces afincadas en el pasado de una madre mediúnica y un padre pastor protestante.

El suizo, a los ochentainueve años, esperaba la muerte en la torre de Bolingen recreando a sus ancestros, tallando el escudo familiar en una piedra totémica a orillas del lago de su niñez, bañándose en las aguas primigenias de los sueños y «regando las raíces familiares».

La » Historia de familia» dominicana ha sido como esas otras historias de familias universales donde el contarse la vida de los ancestros es nada más que «regar las raíces» para ayudarse al reencuentro consigo mismo.

La vida de los Defilló en el Caribe refleja la vida de dos hermanas: Pilar y Leonor Defilló.

La vida de sus dos hijos son en realidad una parábola de vida. Los dos primos: Fernando Alberto Defilló y Pablo Casals Defilló reflejan no sólo una época, una historia de los pueblos y sus circunstancias sino que auscultan en la psicología de una época y en el sustento espiritual de un mundo cambiante y conflictivo.

LOS SILENCIOS DE LA FAMILIA: DESPUÉS DEL VERANO

Los silencios de una familia pueden convertirse en hitos. En puntos de reflexión para sus descendientes. Si es generosa y compasiva con sus mayores puede reconstruirlo todo, restañar heridas y brindar consuelo. La comprensión de la historia de una familia refuerza no sólo los lazos de la tribu sino que pone la zapata para hacer crecer una relación segura y honesta, da coraje y muestra el camino una vida saludable y decente a los que vendrán.

Las familias dominicanas han vivido los últimos cien años en una constante lucha de facciones, debatiéndose entre guerras civiles y afanes políticos. Reescribir la «Historia de las familias», volver a contar el mundo de Pablo Casals Defilló y Fernando Defilló no es sólo la crónica de lo cotidiano en el último tercio del siglo XIX, tampoco es el relato íntimo de una sociedad tolerante que quiere comprender el pasado e iluminar a los muertos y sus secretos familiares con ternura filial.

No. Es la firme convicción de un pueblo que descarta «lo efímero» y que «riega las raíces» porque en ellas están las claves de renovación espiritual del futuro dominicano.

FUENTES:

*Arbol genealógico de la familia Defilló realizado por Marcos Hernández Brea.

*Arbol genealógico de la familia Defilló realizado por Gerardo Javariz.

*Archivo fotográfico, documentos, cartas y testimonios de la familia Defilló suministrado por la señora Leonora Dipp Defilló de Martínez.

Dr, Browner, Pompilio: Semblanza escrita del doctor Fermando Defilló. Santo Domingo, julio 1969.

Doctor Mariano Defilló Ricart: Semblanza de la familia Defilló Sanz, Santo Domingo, Enero 2005

g.azcarate@verizon.net.do

 

 

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