La Familia, procedente de Venezuela, fue el estreno de esa nación sudamericana, en el Festival Internacional, entregando a los franceses una muestra de la creatividad latina cuando se trata de cine, aun cuando se parta de un dramático ambiente de violencia social y de vidas sin rumbo.
Una dirección de cámara que seguía a sus dos personales aparato en mano, un excelente trabajo de edición y sonido y todo sobre un guión bien estructurado con un final poético y abierto a la esperanza …o la perdición, hacen de La Familia, el mejor estreno que ha podido tener Venezuela en Cannes, el altar y vitrina del cine mundial.
El primer paso de Venezuela en Cannes es una cinta hecha a conciencia, a golpe de esfuerzos, buscando fondos en programas que premian la calidad de un proyecto cuando aún es un papel escrito apenas, para dar como resultado un producto digno del reconocimiento internacional.
La puerta de entrada ha sido la sección La Semana de la Crítica del 70 Festival de Cannes, una de las paralelas a la sección oficial y a Una Cierta Mirada, la segunda en importancia.
Son notales las actuaciones de sus dos protagonistas, el actor Giovanni García, reconocido por su participación en películas y novelas, y Reggie Reyes, un actor natural, residente de los barrios periféricos de Caracas, a quien el director entrenó para hacer su papel.
El ingreso de Venezuela se logró en grande y con éxito, dado que la dramática trama, fue realizada con un sentido impecable de uso en sus recursos cinematográficos.
El programa Ibermedia, que mantiene una convocatoria permanente para premiar guiones valiosos, es uno de sus patrocinadores.
La familia es protagonizada por el actor Giovanny García (Andrés), reconocido por su trabajo en la película venezolana El Amparo (Robert Calzadilla) y en ella se destaca un actor natural de 14 años Reggie Reyes, sin experiencia previa en la actuación, que hace su debut en la gran pantalla, con una bien lograda, pero fija, cara de angustiado y violento muchacho del sub mundo marginal urbano de Caracas.
El director cuida el concepto que escribió y re-escribió más de una vez, la actuación convincente de los dos protagonistas, el ritmo, la edición y le dota de un sorprendente final abierto, sin morbosidad amarillista en sus planteos.
Cara del país
Para quien recibe las informaciones de la conflictiva y radical lucha por el poder que se da en Venezuela, la película, por su excelente realización, es un respiro y un aliento de esperanza. Su velo dramático, su denuncia de la pobreza, su parlamento y las actuaciones, le hacen merecedora de todo reconocimiento.
En los asistentes, que colmaron la sala del Hotel Paulina, sede de esta sección, había curiosidad agudizada por la situación que vive Venezuela.
Se percibía un deseo de la organización Cannes de entablar relación con el acontecer agitado de esa violencia social que mantiene a Venezuela en los titulares de todo el mundo.