La FAO: es posible eliminar el hambre en el mundo de aquí a 2030, si se invierten 267.000 millones de dólares anuales durante los próximos 15 años. (AP Photo/ Khalid Mohammed)
ROMA. La FAO consideró el viernes que es posible eliminar el hambre en el mundo de aquí a 2030, si se invierten 267.000 millones de dólares anuales durante los próximos 15 años.
«El mensaje del informe está claro. Si mantenemos el statu quo, en 2030 tendremos todavía más de 650 millones de personas muriendo de hambre», declaró José Graziano da Silva, director general de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de la ONU, que presentó en Roma este informe hecho conjuntamente con el Programa Mundial de Alimentos (PAM) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).
«Nuestro informe considera» que la eliminación del hambre crónica «necesitará una inversión total de unos 267.000 millones de dólares al año durante los próximos 15 años», o sea 160 dólares al año para cada persona que vive en la pobreza» continuó.
«Sabiendo que esto es más o menos equivalente al 0,3% del PIB mundial, creo personalmente que el precio a pagar para erradicar el hambre crónica es relativamente bajo», añadió el director de la FAO.
El informe fue elaborado por las tres agencias de la ONU especializadas en la lucha contra el hambre y el desarrollo agrícola, antes de la sesión de la Tercera Conferencia Internacional sobre la Financiación en favor del Desarrollo, que tendrá lugar del 13 al 16 de julio de 2015 en la capital etíope, Adís Abeba.
El director propone inversiones acompañadas de medidas de protección social, tanto en el medio rural como en el urbano.
Las medidas de protección social tendrían un costo de 116.000 millones de dólares al año a los que se añadirían 151.000 millones de dólares anuales para las inversiones en favor de los pobres (105.000 millones para el desarrollo rural y la agricultura y 46.000 millones para las zonas urbanas), según el documento.
La mayor inversión debería normalmente provenir del sector privado, pero estas últimas deben completarse con inversiones suplementarias del sector público en las infraestructuras rurales, el transporte, la sanidad y la educación, consideran las tres agencias.