La fatiga

La fatiga

La fatiga, en definición simple de diccionario es cansancio causado por el trabajo o cualquier trabajo penoso. Pero en medicina tiene otras complejidades y más en las neurociencias, porque implica disfunción de estructuras cerebrales que tiene que ver con la homeostasis de todo el organismo.

Las angustias del gran poeta portugués Fernando Pessoa (1888-1935) en la descripción de un severo estado depresivo en el que cayó en sus últimos años nos pueden dibujar gráficamente esa complejidad de sentimientos: “La vida puede ser sentida como una náusea en el estómago, la existencia del alma propia como una molestia en los músculos. La desolación del espíritu, cuando agudamente sentida, forma mareas, desde lejos del cuerpo, y duele por delegación. Estoy consciente de mí en este día en el que el dolor de ser conciente, como dice el poeta, es languidez, mareo, y angustioso afán.

Desde el siglo pasado se planteó el concepto de “adaptación” con su propulsor, el investigador Selye (1907-1982) quien describió el síndrome general de desadaptación, un síndrome de estrés biológico, compuesto por una reacción de alarma, un estado desadaptativo de resistencia y, finalmente un estado de agotamiento. El concepto de neuroendocrinología ya se empleaba desde la década de 1950, pero no se conocían como conocemos hoy, la relación de la adenohipófisis y el cerebro, básicos para la producción de estos estados de apatía, desgano, inactividad, etc. donde el sistema más moderno, el límbico-hipotálamo-hipófiso-suprarrenal, es el rector principal en estos estados de modorra que se relacionan con muchas entidades médicas.

En la modernidad son varios los circuitos cerebrales envueltos en la fatiga y baja energía, la relación estrecha de los núcleos de función motora cerebral en relación a la función de la médula espinal en donde las sustancias neurotransmisoras como 5 HT y la dopamina proveen funciones regulatorias en esta parte baja. Por el contrario a nivel de cerebro, una serie de sustancias tales como noradrenalina, la serotonina, la acetilcolina y otras, en intrincadas y complejas conexiones regularían la fatiga mental. Hoy se discute además el rol de unas sustancias llamadas citoquinas.

Pero veamos esa fatiga en la realidad de la práctica médica, en atención primaria, se considera que un 6.7% de los pacientes la presentan como síntoma principal de consulta. Si le agregamos las preguntas directas del médico generalista, esto aumenta en un tercio los pacientes que la padecen. Más asociado al sexo femenino, y al nivel socio-económico bajo. Con el agravante de que como la fatiga es inespecífica como síntoma, pero no es reconocida como importante por la mayoría de los médicos, mientras que los pacientes sí la ven como un gran problema. Se acepta hoy día en medicina, su gran capacidad de “incapacitar”.

La fatiga adquiere una vital importancia en medicina y en particular en neuropsiquiatría, por el hecho de que es invariablemente uno de los cinco síntomas más frecuentes de la depresión.

Y si la valoramos en la consulta de atención primaria, la queja de la fatiga es junto al insomnio uno de los indicadores de depresión subyacente y hace mayor la probabilidad de que el paciente se deprima. Si dividimos los criterios diagnósticos de depresión en dos grandes grupos de edades, los pacientes jóvenes tienen predominancia de los síntomas afectivos: tristeza, anhedonia, que es la pérdida de la sensación de placer para los actos que normalmente son gratos, especialmente los sexuales; y pensamientos suicidas. Si vemos los síntomas en pacientes maduros serían: insomnio, fatiga y dificultad para concentrarse, las principales manifestaciones de la depresión.

De acuerdo a las series más importante de los estudios de la depresión con manifestaciones de síntomas físicos como premonitores de la enfermedad mental de la tristeza, son tan elevados como un 76%. Es decir que toda “fatiga” debe ser formalmente investigada en su esfera orgánica, endocrinológica y emocional, debemos aceptar que ese “cansancio” que persiste va desde infelicidad, anemia, infección, diabetes, hipotiroidismo, cáncer, hasta una peligrosa depresión.

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