La fe religiosa como medio de sanación (I)

La fe religiosa como medio de sanación (I)

Mucho se ha discutido si es cierto que una oración o la fe en alguna divinidad puede sanar de enfermedades y de males.

Este fue un planteamiento analizado en el país en 1954 con la llegada de los predicadores puertorriqueños David García y Jaime Cardona.

En respuesta, el prominente médico de la época doctor Heriberto Pieter envió una carta al diario El Caribe, dirigido por don Germán Emilio Ornes.

Manifestó que hacía algún tiempo venía enseñando a sus discípulos sobre la nueva evolución de la vieja psicosomática, conexa con las prácticas de la medicina en general. Esto lo hacía porque era un estudioso de su profesión para mantenerse siempre al corriente de los progresos en la medicina.

El galeno afirmó que la psicoterapia usaba como recurso para la salud “las preces bien intencionadas y mejor sentidas, tanto en las profundidades del alma como en la sinceridad de la conciencia”.

Según él, después que exista esta plataforma de fe, la oración puede ser elevada a cualquier entidad espiritual o divinidad. “Oraciones de toda especie que el individuo y las multitudes utilizan a diario para resolver sus anhelos y sus conflictos. Oraciones que son áncora o faro en medio de las zozobras que amenazan continuamente a la existencia”.

Pieter dijo que son los enfermos quienes mayores beneficios derivan de la oración, algo que “ha sido constatado, estudiado y preconizado por mentalidades de alto valor científico y humanitario. Entre ellos mencionó, por haberlo conocido personalmente, al sabio francés Alexis Carrer, premio Nobel en Medicina.

“La oración tiene a veces un efecto que pudiéramos llamar explosivo”. Para él no es ni siquiera necesario que el mismo paciente haga la plegaria, sino que otro interceda en su lugar.

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