La Federación de Mujeres Dominicanas Paradigma de resistencia en abril Y otros fuegos… ( 1961-1966 ). -1-

La Federación de Mujeres Dominicanas Paradigma de resistencia en abril Y otros fuegos… ( 1961-1966 ). -1-

La Federación de Mujeres Dominicanas (FMD) nace en un contexto insurgente. Como una respuesta de la vanguardia progresista de la mujer dominicana, al convulso proceso de despertar democrático que se produce con la decapitación de la tiranía trujillista a inicios de los 60, del pasado siglo XX, surge la Federación de Mujeres Dominicanas, participando activa y protagónicamente en todas las luchas que en los 5 años subsiguientes, determinaron la etapa más alta de movilidad social de nuestra historia contemporánea. Aunque la resistencia de la mujer dominicana a la dictadura se daba de manera individual o en el seno de los movimientos políticos creados a ese efecto, la FMD fue la primera organización femenina, independiente, pluralista y de marcada orientación democrática en nuestro país, lo que constituyó una ruptura con las formaciones políticas de ese género existentes hasta ese momento, las cuales habían estado destinadas única y exclusivamente a la exaltación y mantenimiento del viejo orden dictatorial.

Sin embargo, hay que destacar que en este contexto, el deslinde ideológico no solo se daba con el pasado, sino que también se reflejaría en el futuro, porque las perspectivas de género, no formaron parte del organigrama de la FMD, como se concibe en los últimos tiempos; apegadas a la propuesta sexista, de la activista feminista norteamericana Betty Freedan, de que el enemigo es el hombre.

Para nosotras el enemigo fue y sigue siendo el sistema económico-social imperante, con sus secuelas de injusticias, en las que el hombre en sentido general quedó también atrapado, desde que en la fase superior de la sociedad primitiva, cayó en la trampa histórica de sustituir el matriarcado por el patriarcado, este último donde se disolvió la sociedad igualitaria creada por la mujer, para instituir la contraria, donde féminas y varones, han sido en su mayoría víctimas de las referidas injusticias y discriminaciones, propias del orden establecido..

El que lo dude, que vaya a Engels, paradigma del socialismo científico, o a los grandes trágicos, Esquilo, Sófocles, de la Edad de Oro de la antigua Grecia, quienes en sus obras, como en un espejo se refleja la nefasta realidad de un tiempo de cambios, que estremecieron para siempre, los cimientos de la sociedad y la historia universal.

Partiendo de estos antecedentes, fue que la FMD tomó la decisión de ubicar la problemática de la mujer en el contexto político, lo que determinó su impacto, su éxito, al incorporarla al combate contra las secuelas negativas y mediatas del sistema, como son las del subdesarrollo y la dependencia. Mientras en el marco demandante de la inmediatez iba concretando las reivindicaciones universales a que aspiran los pueblos, como eran en la cosmovisión dominicana de entonces, la reinstalación del Estado de derecho, y por consecuencia lógica la democracia. Esta, concebida como un espacio de crecimiento de mujeres y hombres por igual, especialmente desde la óptica del goce de sus derechos civiles y políticos, lo que cubría la cuestión de género. Lo contrario sucede con la lucha entre los sexos; la que aparte de distraer la atención hacia el verdadero enemigo, los divide, en franco anticipo de la derrota
Por tanto, la FMD, al propiciar la unión en este escenario discordante y la sustentación de las reivindicaciones de las mayorías, atrajo el respaldo entusiasta de las mismas, y personas de todos los credos, sexos y sectores sociales; que respondieron militantemente a las banderas enarboladas de un pueblo que se reconocía en las consignas emancipadoras de “Libertad de los presos políticos y el regreso inmediato de los exiliados”. También en los espacios creados para ejercer la libertad de organización, como los gremios que aún sobreviven: el CODIA, la AMD, etc., y aquellos solo hospedados en el reproche persistente de la nostalgia: ADOMA, POASI, FENEPIA, SITRACODE…

Conquistas, reclamos, que se agigantaron, cuando a las consignas iniciales se unieron las voces que salieron por las rejas liberadas, las que llegaron en las naves del destierro, cargadas de hombres y mujeres, que después de la tierna parafernalia que a posteriori acompaña el regreso, aquella del beso tardío y del abrazo largamente postergado; ellos y ellas se tiraron a la calle, con esas ganas de antaño contenidas, de apresurar el fuego; no solo para integrarse a las movilizaciones, mítines, etc., sino también a la cátedra, que se instituyo en esa especie de universidad popular que fue la FMD, para forjar la conciencia política de la mujer, premisa cardinal en la consecución de los objetivos supremos de dicha entidad. Entre tantos luchadores históricos (as) que participaron en este quehacer formativo –e incluso que luego integraron las directivas siguientes a la fundadora- en sus roles diferentes, de intelectuales, profesionales, etc; recordamos a Idelisa Bonelly de Calventi, Edna Moore, Brunilda Soné, Dona Francia Cisneros, Altagracia del Orbe; así como a Pedro Mir, el Poeta Nacional; Vinicio Calventi, Dato Pagán, Corpito Pérez, Mario Sánchez Córdova, Tulio Arvelo, Pericles Franco, entre otros.

En ese panteón masculino y femenino, donde por falta de espacio solo podemos inscribir algunos de las y los compatriotas que colocados de espaldas a los antiguos esquemas fueron consecuentes con estos tiempos de cambios, hay que destacar la figura más emblemática en este contexto de rupturas que encarnó la FMD: José Ramírez Ferreiras (Condesito) fue su ideólogo. Hecho que ilustra el criterio anterior, en el sentido de que dicha organización apostó desde sus orígenes a la unidad entre los sexos y a fuente transmisora de luz, como lo fue Condesito, no solo por lo de pintor pionero del muralismo, sino también por llevarla ideológicamente a esos antros de tortura convertidos en cárceles de la Dictadura, donde llegó por ser alto dirigente del Movimiento Popular Dominicano (MPD).

Fue en aquel infierno de La 40 donde lo conocí. Lo compartía con mi hermano, el Dr. Emilio Muñoz Marte (Milito) – a quien yo iba los domingos a ver con mi padre-_ así también con otros camaradas de sueños, entre ellos cuadros y dirigentes del 1J4, como los fallecidos Hipólito Rodríguez (Polo), Francisco Javier Mella Peña Batlle (Pichi) y los sobrevivientes abogados Ramón Blanco Fernández, Alfonsito Guemes Naut, grupo al que se le unió Mayobanex Vargas, luego de la Gesta de Junio del 1959. Mi hermano Milito, quien siendo escritor y médico fue quien menos sentía el peso del encierro, pues lo dividió entre el oficio creativo y el terapeuta, aunque asumiendo la trágica dualidad de ser torturado y también curar, junto a Polo, el colega citado, las heridas que les hacían a sus compañeros de infortunio, como las de los testículos pinchados por el “tristemente célebre” bastón eléctrico y las hechas por las tenazas, conque les sacaban las unas, como por ejemplo las de Pipe Faxas, tan sangrantes como los pies de Cristo en la cruz..

Cual extraña paradoja fue en ese espeluznante y oscuro túnel, donde yo comencé a vislumbrar la luz del ideal justiciero, hilo conductor de mi vida, luego de superado el espanto. Se fue colando, en principio, entre los vendajes que escondidos en mis medias y en los ruedos de mis vestidos de adolecente, yo le llevaba a los evocados galenos del horror, para usarlo en su ritual reparador de carnes desgarradas. Bolsillos improvisados que usaban también para enviar mensajes a los combatientes de afuera, como para sacar los manuscritos de las obras que mi hermano escribió allí, como el titulado “Los 11”. Aunque no lo leí, porque la represión recogió la primera edición, creo que describe la trágica cotidianidad de él y sus 10 compañeros de celda.

Mientras tanto, Condesito, que sabía como Lewis, el gran poeta inglés, que una conciencia política como la mía, que tenía como referente el dolor, ya no daría marcha atrás. Por eso fue que al sobrevivir aquella terrible experiencia, y tomar el camino del exilio, donde entró en contacto con agrupaciones progresistas, conformadas solo por mujeres, pensó en mí para crear la local. Pero este proceso, que trasciende el marco histórico en que surge la FMD, estudiado aquí, que tratara su conformación y participación en la resistencia por la recuperación de nuestra democracia y soberanía, será objeto de otra entrega.
marelmunoz@hotmail.com

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