Estamos en medio de las celebraciones de la fiesta de más jolgorio y religiosidad del año cuando olvidamos rencores y pobrezas para celebrar en un acomodado reencuentro de viejas amistades las fiestas de la ocasión para recordar el nacimiento del hijo de Dios que vino a redimir al mundo de sus torpezas y desviaciones ideológicas.
Son días de un variado contenido mental con la mezcla de lo mundano del comportamiento social como el recogimiento de los que le imparten el sentido escatológico del motivo del nacimiento de un niño que era una herencia del Dios en el cual creemos y es el motivo para la redención.
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El motivo de la festividad se ha ido perdiendo con la secularización de la fecha dominada por el aspecto mundano y comercial de la ocasión que le imprime un sabor a dinero que los arropa desde hace siglos perdiéndose el significado original de la fecha.
Aquella fecha designada para plantar el nacimiento del niño que vendría a redimir al mundo llegó en medio del dominio del imperio romano que dominaba la civilización a lo largo y ancho del mar Mediterráneo que era la parte civilizada de la humanidad con culturas florecientes como la griega, egipcia, espartana, los ibéricos, los galos, los vikingos y los romanos. Tal era lo conocido como civilizado en el mundo limitado por los pocos medios de traslación adentrándose en los grandes territorios que bordeaban al mundo conocido de entonces con civilizaciones en esa enorme superficie territorial.
La inquietud generalizada era la búsqueda de una razón del existir y apoyándose en numerosas creencias se afianzaron en el planeta y conocieron la forma de cultivar la tierra sacándoles los frutos necesarios para la subsistencia. Sin embargo llegó el momento que el ser humano inquieto buscaba algo mas allá de esa existencia terrenal. Y dándoles alas a sus pensamientos fueron forjando el basamento de las creencias que varias se convirtieron en razón de ser de la humanidad.
Al llegar el hijo de Dios a la Tierra en la forma de un recién nacido indefenso y en condiciones de pobreza extrema se inició así la consolidación del plan de Dios que basada en la humildad elevó el hombre a las alturas de un ser racional con apertura y visión de su trascendencia.
Así el ser humano fue poblando el planeta aprovechando sus recursos y abriendo su mente con la inteligencia que traían como seres racionales para entender, comunicarse y las ocurrencias brotaban a montones para sacarle provecho a lo que Dios le había otorgado para aprovechar lo que veían a su alrededor.
Jesús en su juventud evolucionó como ser humano sometido a la tutela de sus padres pero sabía que sus cualidades lo tenían destinado a grandes cosas en la Tierra para finalmente al creer haber cumplido su misión fue masacrado mediante una oprobiosa crucifixión que lo hizo descender a las tinieblas de la tierra y resucitar en gloria para ser la luz, guía y resplandor de una buena parte de la humanidad que con el paso de los siglos es que ha ido asimilando la desafiante misión de ser el redentor del mundo.
Y el mensaje de salvación para la humanidad se pierde por el afán del ser humano de aniquilarse constantemente a través de los siglos. Pero siempre hay una esperanza de que todo no esta perdido y existe el propósito de hacer un planeta mas respetado por sus vivientes.